Las visitas sorpresivas

Las visitas sorpresivas

En septiembre del año pasado, el Presidente Danilo Medina expuso en Roma la metodología que había hecho exitoso su estilo de visitas sorpresivas a pequeños productores agropecuarios. Disertó invitado por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), en la sede de este organismo. Ahora, un estudio conjunto de esa agencia y del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) reafirma aquella valoración, catalogando como positivo el impacto social y económico de esas visitas.

De ahí que la utilidad de ese estilo personalizado del Presidente ha quedado más que confirmada, no sólo por estas dos agencias de la ONU, sino también por los testimonios encomiosos de los productores que han logrado mejorar su situación después de que estas visitas les pusieran en contacto con créditos blandos y asistencia técnica. Al margen de beneficios políticos colaterales, el estilo ha dado buenos frutos.

Solo faltaría que las experiencias y situaciones captadas en esas visitas sean aprovechadas para diseñar políticas sectoriales de asistencia a los pequeños productores, con un carácter institucional que se sobreponga a las coyunturas políticas. Así, el éxito del estilo personal del Presidente quedaría como aporte a la institucionalidad, en beneficio de quienes han sido marginados del crédito formal y presas de la usura.

El peor país latino para morir

No es nada agradable la categoría que nos asigna una investigación de The Economist Intelligence Unit (EIU), según la cual este país es el peor lugar para morir entre los que componen la región América Latina-Caribe. La calificación nos cabe por la forma en que muere mucha gente, por falta de las atenciones adecuadas para enfermedades prevenibles y curables. Por ejemplo, entre los 73 muertos por dengue de este año, muchos fallecimientos se debieron a debilidades de diagnóstico y mal tratamiento.

La mala cobertura de enfermedades terminales y de aquellos males que abundan en la niñez y la vejez, es una causa de muerte que no debería existir en un país con tantos avances como este. Y es en esa virtud que nos clasifican como el peor país latinoamericano para terminar la existencia. ¡Vaya presea!

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