Latinoamérica: ¡otro cine es posible!

Latinoamérica: ¡otro cine es posible!

Dos documentos importantes en el 25 festival internacional del nuevo cine latinoamericano, el manifiesto Bucanero de los estudiantes y los ex estudiantes de la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños, Cuba y un texto de la federación de escuelas de cine de América Latina, conversé con Dolly Pussi presidenta de la Feisal y excelentes noticias aguardan al Centro Cultural León.

Ideas para un mejor cine latinoamericano. (cfelias@hotmail.com)

[b]MANIFIESTO BUCANERO[/b]

Latinoamérica es un continente pleno de entusiasmo, optimismo e inteligencia; las condiciones geopolíticas parecen haberlo condenado, desde hace poco más de 500 años, a la absorción de la dinámica cultural de Europa y más recientemente, de Norteamérica. Los artistas e intelectuales de la América nuestra han demostrado en el correr de los siglos que tenemos un espacio ganado a pulso dentro del universo de las artes y las letras, un espacio cuya expresión refleja auténticamente la identidad latinoamericana, un espacio que es sólo plenable en esta América.

El cine es aún un arte naciente, sus sistemas y lenguajes están en pleno desarrollo y las posibilidades de adaptación de estos no han sido totalmente descubiertas. Nuestra cinematografía ha intentado incansablemente asimilar los sistemas de producción Europeo y Norteamericano, sumando éxitos y derrotas en una maratón que se corre en el filo de la navaja, jugando malabares frente a cinematografías con un poder y eficiencia, cuando menos, profundamente respetables.

Algunas décadas atrás, importantes grupos de cineasta latinoamericanos que propusieron, refuncionalizando las cinematografías europeas de la postguerra, generar un movimiento que, aprovechando nuestra realidad y moviéndose dentro de este universo único e irrepetible, generará una cinematografía auténtica y coherente con el continente. Este impulso alimentó durante años la necesidad de creación cinematográfica latinoamericana, en sus dos vertientes: El Nuevo Cine Latinoamericano y el Cinema Novo Brasileiro. Contamos entre ambos movimientos con numerosas grandes películas que han y continúan marcando profundas influencias en todos los cineastas de este continente, desde México hasta la Tierra del Fuego, la semilla del Nuevo Cine Latinoamericano dio frutos que reflejarán por siempre la realidad de este mundo. Porque el cine que representa un momento histórico en la vida de los pueblos es un cine que nunca muere.

Ante el poderoso influjo de las cinematografías económicamente poderosas, el cine latinoamericano pareció obligarse a competir en espectacularidad y efectismo, sumándose a una pelea difícil de ganar, una pelea en la que sólo los países que pudieron apoyar económicamente su cine, lograron mantener una producción constante, más no firme y coherente. El compromiso social y político que alentaba al Nuevo Cine cedió ante las fuerzas del dinero y la creciente dificultad de producción redujo a niveles asombrosos la capacidad de los cineasta para conseguir los medios, amén que los de distribución y exhibición cayeron bajo control de las grandes transnacionales de la cultura. Reducida también la capacidad de respuesta de nuestro eterno refugio, Cuba, por la amigable mano del Tío Sam, nuestras posibilidades de expresión cinematográfica están en un punto crítico. Compañeros de armas, de cámaras, uruguayos y mexicanos buscan como no quedar fuera de juego frente a las sedes de los gobiernos que les dan la espalda, cineastas argentinos que luchan por conservar su cinematografía aun en medio de una terrible crisis económica o el caso de España ante la fusión de las plataformas digitales; la esperanza de Brasil y las nuevas leyes aprobadas en Colombia o en proyecto en Venezuela plantean retos a los que debemos responder de manera categórica y solidaria.

Vivimos en un continente inmensamente rico y terriblemente pobre, un continente de contrastes, de maravillas. Nosotros, jóvenes cineastas de la América Latina proponemos la adopción de un modelo que nos permita acceder a éste, cada vez más competitivo medio, apelando a la inteligencia, el entusiasmo y optimismo que se consigue en cada esquina de nuestra América Latina, la química perfecta, el triángulo del fuego.

El cine latinoamericano ha de librarse del yugo del sistema económico neo liberal, impulsando una producción fuerte, constante y de bajo presupuesto. Para ello ha de implementarse un sistema que obedezca a nuestros escasos medios económicos y resuelva la ecuación: Hacer una película que nos permita hacer otras. Lograr un equilibrio entre la estética y los contenidos hará del cine latinoamericano una fórmula funcional.

Para este fin, es de vital importancia que emprendamos acciones concretas que nos lleven a llenar el espacio cinematográfico de América Latina.

* PARTIENDO de un sistema cercano a lo artesanal y encadenado, un sistema que nos permita producir constantemente.

* DESPRENDIENDONOS de todo elemento técnico superfluo y sustentando la resolución de la puesta en escena en el ingenio y la creatividad. El único medio no utilizable es el que no se imagina.

* LIBRÁNDONOS de las limitantes técnicas y estilísticas más allá de las que imponga el ingenio, la realización de un cine de bajo presupuesto no implicará nunca la presentación de obras pobres en su contenido ni en su forma, implicará, por el contrario, un derroche de creatividad que plene de riqueza la pantalla.

* RESGUARDANDO las libertades creativas, nos obligaremos a la no imposición de normativas estéticas que coharten la realización de obras auténticamente latinoamericanas.

* PARTIENDO de proyectos de mínimo costo, se ensamblarán cadenas de varios largometrajes lo que permitirá que, adoptando un sistema de producción a escala, estos proyectos puedan sostenerse unos con otros en sus diferencias presupuestarias, generando un equilibrio y reducción de los costos en la matriz de producción, que pueda permitir la realización de diez largometrajes por el costo medio de una producción en América Latina.

* REDUCIENDO el uso de personal y medios técnicos a su mínima expresión, podemos articular largometrajes en treinta días de rodaje, con equipos integrados por tan sólo ocho personas, a un costo medio de cincuenta mil dólares por producción.

* OPTIMIZANDO todos los recursos posibles, se impulsa la integración de equipos donde sus individualidades sean multifuncionales, apoyándose constantemente en cada paso del proceso; trabajando bajo el sistema de cooperativas, compartiendo horizontalmente las responsabilidades y los beneficios.

* VALIENDONOS de los avances de las nuevas tecnologías y del cine digital, se realizarán largometrajes utilizando cualquier soporte audiovisual. La correcta articulación de éstos con los formatos y técnicas, aportará a nuestro cine la versatilidad que requiere para enfrentar este proceso.

* NARRANDO historias que reflejen la identidad de nuestra América Latina. Un cine que renuncia al efectismo para encontrarse, un cine puro que no obedece al interés individual, un cine solidario que se apoya en sí mismo y se compromete con su identidad.

Una nueva generación que apuesta por un cine de calidad y se compromete con la búsqueda de nuevos talentos, la propuesta de un cine social y políticamente comprometido; porque la América Latina nació y vive de la insurgencia.

Nosotros, el Grupo Bucanero, conformado por miembros de la Fundación Roberto Rossellini y estudiantes de producción de la Escuela Internacional de Cine y TV; jóvenes cineasta latinoamericanos preocupados por el negro horizonte que se extiende sobre el futuro de nuestra cinematografía izamos las velas, dispuestos a capear el temporal…

[b]“…para que el cine, que nació mudo, no muera ciego y sordo”[/b]

[b]En San Antonio de los Baños, Cuba, el 21 de Noviembre de 2003.[/b]

REUNIÓN DE LA COMISIÓN DIRECTIVA DE LA FEDERACIÓN DE ESCUELAS DE IMAGEN Y SONIDO DE IBEROAMÉRICA. (FEISAL)

Con la presencia de los directivos de las seis escuelas que la integran y la organización y auspicio de la Escuela Internacional de Cine y Televisión (EICTV), que ocupa su Vicepresidencia, se reunió del 1 al 4 de diciembre en su sede de San Antonio de Los Baños, La Habana, la Comisión Directiva de la FEISAL.

La FEISAL, integrada en la actualidad por 33 escuelas, tiene como objetivo fundamental la formación de profesionales capacitados teórica y técnicamente para la creación audiovisual y responsabilizados con la defensa de los valores culturales de la región latinoamericana ante la invasión de propuestas foráneas excluyentes.

Durante esta, su primera reunión anual luego de su refundación en noviembre del 2002 en Buenos Aires, la FEISAL, surgida como consecuencia del primer encuentro de Escuelas de Cine de América Latina convocado por la EICTV en La Habana en 1988, se planteó revisar lo hecho durante su primer año de trabajo bajo nuevos estatutos.

Entre los temas que se analizaron estuvieron el reglamento de la asociación, el ingreso de nuevas escuelas, el logro de la estabilidad financiera, la realización de proyectos de cooperación institucional y de coproducción audiovisual, la instauración de mecanismos para la formación y capacitación de su personal y la organización o participación en festivales con muestras de la producción de sus escuelas.

Se hizo especial énfasis en la necesidad de relacionar estrechamente el proyecto docente con la vida, en particular con las realidades que impiden el fomento y desarrollo de nuestras cinematografías y se insistió en la urgencia de defender la diversidad cultural y el derecho de nuestros pueblos a ver cine de todas las regiones del mundo. Finalmente se pronunció por que otro cine sea posible y otras cinematografías puedan ser posibles.

Son miembros de la Comisión Directiva de la FEISAL las siguientes escuelas: Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica, ENERC, que ocupa la Presidencia, la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Entre Ríos y el Instituto de Arte Cinematográfico de Avellaneda, IDAC, todas de Argentina; El Instituto Profesional de Artes y Comunicación ARCOS de Chile, el Departamento de Imagen y Sonido de la Universidad de Guadalajara de México y la EICTV de Cuba.

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