Latinoamérica y Caribe la región del mundo donde más crece el desempleo juvenil

Latinoamérica y Caribe la región del mundo donde más crece el desempleo juvenil

La creación de empleos en Estados Unidos se desaceleró en setiembre

 Ginebra.– Latinoamérica y El Caribe será la región del mundo con el mayor incremento de la tasa de desempleo juvenil en 2016, un índice que alcanzará el 16,8 por ciento este año y llegará al 17,1 por ciento en 2017, según estima la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en un informe publicado hoy.

El texto, denominado “Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo” recuerda que la tasa regional de paro juvenil se situó en 2015 en un 15,7 por ciento, pero en 2008, antes de la crisis económico-financiera mundial, estuvo en el 13,8 por ciento.

Este aumento implicará un incremento extra de 800.000 desempleados jóvenes (15 a 24 años) en la región. En números absolutos, en 2015 había 8,5 millones de desempleados  jóvenes en la región, una cifra que se espera que aumente hasta 9,2 millones en 2016 y 9,3 millones en 2017.

“El impacto de la incertidumbre económica de Brasil es un factor muy importante para el repunte. Hay que recordar que el PIB ha caído considerablemente. Asimismo, la situación en Argentina, aunque no tan grave, también afecta”, explicó en rueda de prensa Steven Tobin, economista principal de la OIT.

“La crisis económica en la región en general fue peor de lo esperado en 2015, y ya se sabe que los efectos en el mercado laboral van con retraso”, agregó Tobin.

Por su parte, Susana Puerto, una de las expertas de la OIT, matizó que si bien el crecimiento del desempleo juvenil en Latinoamérica es un hecho negativo, “la OIT no lo ve como una tendencia alarmante». “El repunte es debido a la situación en Brasil y Argentina pero no se siente como algo estructural de la región”, sostuvo Puerto.

De hecho, los niveles de empleo juvenil en Chile y México están mejorando, cita el informe, que no ofrece datos nacionales y se limita a las cifras y estimaciones regionales.

Esta situación provoca que muchos jóvenes deseen emigrar para mejorar sus condiciones de vida. Precisamente, la mayor proporción a emigrar, con un 38 por ciento, se registró en América Latina y el Caribe, y en África subsahariana.

La proporción de jóvenes entre 15 y 29 años a nivel mundial que desean emigrar a otro país de manera permanente se situó en un 20 por ciento en 2015, cita el texto.

Con respecto a los datos globales, la tasa mundial de desempleo juvenil alcanzará un 13,1 por ciento en 2016 y permanecerá en ese nivel durante 2017, mientras que en 2015 fue de un 12,9 por ciento.

En números absolutos, se espera que la cifra de desempleados jóvenes en el mundo aumente en 500.000 personas este año hasta alcanzar los 71 millones, el primer incremento de esta magnitud en tres años.

La OIT considera que el aumento del desempleo se debe a la desaceleración de las economías emergentes. “Este incremento del desempleo juvenil se explica por una recesión más profunda de la esperada en algunos de los más importantes países emergentes exportadores de materias primas y por el estancamiento del crecimiento en algunos países desarrollados”, explicó Tobin.

Pero además, el informe explicita que “despierta aún mayor preocupación la proporción y el número de jóvenes, con frecuencia en los países emergentes y en desarrollo, que viven en pobreza extrema o moderada a pesar de tener un trabajo».

Se considera trabajador pobre aquel que sobrevive con menos de tres dólares diarios. De hecho, 156 millones de jóvenes, lo que corresponde al 37 por ciento del total de trabajadores jóvenes, se encuentran en una situación de pobreza extrema o moderada.

Una situación peor que la de los trabajadores adultos, cuya proporción de pobres extremos o moderados es del 26 por ciento. “No es una novedad que los jóvenes tengan niveles de desempleo mayores que lo de los adultos. Lo que nos alerta en los últimos años es que la proporción ha aumentado cuatro y cinco veces”, dijo, a su vez, Puerto.

Asimismo, otra de las principales preocupaciones es la disparidad de género. En 2016 la tasa de participación en la fuerza de trabajo para los hombres jóvenes se sitúa en un 53,9 por ciento, frente al 37,3 por ciento de las mujeres jóvenes.