Latinoaméricano será voz del Papa en el Angelus

Latinoaméricano será voz del Papa en el Angelus

CIUDAD DEL VATICANO (AFP).- Un argentino, monseñor Leonardo Sandri, que fue nuncio apostólico en Venezuela y México, fue encargado por el Papa Juan Pablo II para impartir el domingo la bendición desde la Plaza de San Pedro y rezar el Angelus.

Por primera vez en 26 años de pontificado, el Papa, parcialmente mudo por una traqueotomía, delegó la impartición de la bendición dominical en la plaza de San Pedro con ocasión del Angelus, una cita que suele cumplir con particular cariño desde el inicio de su reinado.

Desde que el Santo Padre comenzó a perder la capacidad de hablar y debió reducir sus intervenciones, el Vaticano escogió al religioso argentino, de 61 años, para leer los discursos y homilías del pontífice en las ceremonias públicas.

«Será monseñor Sandri quien pronunciará la oración mariana e impartirá, a nombre del Papa, la bendición apostólica a los fieles presentes en la Plaza de San Pedro. El Santo Padre se unirá a la oración desde su habitación del policlínico Gemelli», precisó este sábado en un comunicado la Santa Sede.

Sustituto de la Secretaría de Estado desde el año 2000, Sandri es definido por la prensa como el «número tres del Vaticano», ya que es la mano de derecha del Secretario de Estado, cardenal Angelo Sodano, el purpurado a quien el Papa confió provisionalmente la gestión del gobierno central de la Iglesia.

Los millones de católicos latinoamericanos que en estas semanas siguieron en directo por televisión los mensajes desde la clínica Gemelli y las ceremonias del Vaticano advirtieron el ritmo de lectura calmo y el acento hispano -con un ligero estilo argentino- que se escucha en las palabras de Sandri.

Su notoriedad creció tras haber aparecido junto al Papa el 6 de febrero, cuando se asomó a la ventana del hospital Gemelli para la tradicional bendición del Angelus dominical y leyó el mensaje pontificio.

El privilegio de ser la voz del Papa se repitió el domingo siguiente, cuando volvió a leer la homilía, esta vez detrás de Juan Pablo II y lejos del alcance de las cámaras, utilizando otro micrófono a fin de no incomodar al Papa sentado frente a su ventana del apartamento pontificio.

Ordenado sacerdote en 1967, obispo desde 1997, Sandri es un experimentado diplomático de la Santa Sede que -además de su lengua materna española- habla inglés, italiano, francés y alemán.

Fue nuncio apostólico, es decir embajador del Papa, en momentos delicados en dos países de América Latina. En Venezuela (1997-2000) con la llegada al poder de Hugo Chávez, y en México (en el 2000), durante los primeros 10 años posteriores al restablecimiento de relaciones diplomáticas con ese país en 1992.

Como «número tres» del Vaticano, Sandri es uno de los religiosos que tienen acceso directo a Juan Pablo II, junto con el secretario del Papa, monseñor Stanislao Dziwisz, asistente y amigo del pontífice desde hace 40 años.

Por su despacho pasa la correspondencia para el Papa, así como los nombramientos y designaciones que deben ser firmados exclusivamente por el jefe de la Iglesia Católica.

Quienes lo conocen dicen que es amable y reservado, y lo definen como un típico exponente de la Iglesia que ha impulsado Juan Pablo II: sensible a las injusticias sociales y ortodoxo en asuntos doctrinales.

Fanático de fútbol, hijo de una familia católica de Buenos Aires con inclinaciones peronistas, se incorporó al servicio diplomático vaticano en los años 70, demostrando un gran talento para mediar.

Muchos estiman que recibirá el título cardenalicio en el próximo Consistorio, cuya fecha no ha sido fijada, convirtiéndose así en el cuarto cardenal de Argentina.

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