El presidente Leonel Fernández formalizó relaciones diplomáticas con la Autoridad Nacional Palestina (ANP), vale decir, el reconocimiento del Estado Palestino en formación, cuando se reunió al efecto con el presidente de la ANP, Mahmud Abás (Abu Mazen), previa a la cita de los Países No Alineados en Sharm el –Sheij, Egipto, el 14-07-09.

Es un hermoso y plausible gesto del presidente Leonel en procura de formalizar la paz definitiva y permanente en el Cercano Oriente entre palestinos y hebreos, y un intento contundente de acercar a las dos partes en disputa desde que las Naciones Unidas proclamaron su resolución 181 del 29-11-1947 y que dividió la entonces región convulsa que administraba el Mandato Británico, en dos estados, uno hebreo y otro árabe. Los primeros aceptaron. Los segundos rechazaron y la tildaron de “Nabka”, desastre en árabe. El Estado Palestino fue proclamado por Yasser Arafat en el exilio en Argel, el 15-06-1988.

De todas maneras, el presidente Fernández concretizó un gesto histórico que pudiera interpretarse con ecuanimidad por las partes en conflicto para entender que por las vías hasta ahora transitadas de la violencia, ignorándose unos a otros odiándose unos a otros, no saldrá a camino el diferendo.

El doctor Jorge Yeara Nasser, presidente de la Hermandad Domínico-Árabe, resaltó con fina ponderación el noble y valioso gesto de nuestro gobernante en una entrega a HOY el 02-08-09, que secundo a plenitud.

Tanto la Hermandad Domínico-Arabe como el Club Libanés, Sirio-Palestino, deben al unísono o por separado, designar como presidente de honor al presidente Leonel en un acto solemne, por el gesto trascendental y altruista de nuestro gobernante en procura de superar las diferencias entre palestinos y hebreos.

Esta sugerencia no debiera caer en el vacío y las dos instituciones aprestarse a reconocer a quien merece. La sugerencia está lanzada. Esperemos.