Laura Esquivel regresa con “A Lupita le gustaba planchar”

Laura Esquivel regresa con “A Lupita  le gustaba planchar”

A Lupita le gusta planchar. A Lupita le gustaba chupar, lavar, autocompadecerse y chingar como a la gran mayoría de mexicanos a quienes representa este personaje desdichado, víctima del abuso, los vicios y la desesperanza. A través de ella, la escritora Laura Esquivel regresa a la novela negra para proponer una solución a la crisis que afecta a las sociedades en todo el mundo.

Salpicada con notas sobre las costumbres aztecas y la época colonial en México, la más reciente obra de Esquivel sugiere volver la mirada a las civilizaciones indígenas como remedio para los males de hoy. Así lo confirmó la escritora a través de una videoconferencia en la que habló para medios de República Dominicana y el Caribe.

Esquivel afirmó que tras la llegada de la conquista española, el pensamiento de los mexicanos –al igual que en muchas otras culturas– fue alienado y comenzó una debacle social que se mantiene en nuestros días. Para ella, reencontrarse con esa cosmovisión resolvería muchas cosas.

En “otras épocas en la historia de la humanidad la cosmogonía era otra, sobre todo antes de la llegada de los españoles. La creencia era que formamos parte de un todo y ahora la ciencia nos lo comprueba: todos nos interconectamos, no hay una cosa que tú no sientas, hagas o pienses que no afecte todo lo demás. Entonces, los problemas que tenemos que enfrentar, la crisis actual, tiene que ver con esta idea absurda de la separación, del individualismo extremo, de leyes que nos impone un modelo neoliberal que nos dice que tenemos que crecer separados, fragmentados”, comentó la autora de “Como agua para chocolate”.

Fruto de esa visión alterada nacen la corrupción, las agresiones entre iguales, la drogadicción y el alcoholismo que definen el mundo de Lupita, una policía que de pronto se ve atrapada entre el homicidio de un político del cual ella fue testigo, y los intereses que se ven afectados con el suceso.

En este escenario, Esquivel deja ver las inquietudes que caracterizan su activismo político que le llevó, incluso, a candidatearse a una diputación local en México. Aseguró que en el libro “hay toda una visión y una experiencia de vida reflejada en la obra y mi visión y propuesta respecto a la solución como sociedad. Está más que comprobado que esta cuestión de pensar en satisfacer únicamente con los bienes materiales el bienestar de una población está equivocada. Porque las sociedades más altamente desarrolladas o que contienen mayor cantidad de objetos de consumo no son las más felices; al contrario, son los países que más drogas consumen. Entonces, sí hay una visión y una propuesta a través de un personaje que tiene que integrarse en uno”.

Un mensaje universal. Laura Esquivel es una autora de reconocimiento mundial. Sus obras han sido traducidas a decenas de idiomas, por lo que este gran regreso al género de la novela lleva un mensaje traducible a muchas otras culturas y sociedades.

“No sólo en México, en muchas partes del mundo la gente se ha concentrado en ver lo que quiere. En la visión más bien proyectamos nuestros anhelos, así como nos pasa a las mujeres cuando iniciamos una relación amorosa, que los deseos nos impiden hacer una buena lectura de lo que hay ante nuestros ojos. Ahora, a mí me sorprende que la gente siga votando por partidos políticos que saben de antemano que los van a defraudar, que saben de antemano que les van a robar y a engañar. ¿Cuántas veces hemos atraído a nivel personal al hombre golpeador, abusador y que va a hacer nuestra vida un infierno?

La pregunta es por qué yo quiero vivir ese infierno, por qué yo estoy proyectando eso. Eso tiene que ver con la idea dentro de uno mismo, por eso Lupita tiene que irse al fondo de ella misma para poder ver la realidad”.

 

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