Madrid. Como juez del concurso de televisión “Factor X”, recién estrenado en España, Laura Pausini vuelve a asumir el papel de tutora del talento musical del mañana mientras promociona su último disco, “Hazte sentir” (2018), y celebra ella misma 25 años de carrera como gran estrella de la música.
“A veces me dicen que si quiero descansar, pero en mi garganta aún queda mucho por cantar”, afirma la italiana durante una charla con Efe, al ser preguntada por sus nuevos retos y el protagonismo que en su décimo tercer disco de estudio en español tienen los temas más dinámicos, que llevan su voz de la discoteca a flirtear con el reguetón.
Ella precisa que, en este caso concreto, el de “Nuevo”, se trata de una «única canción, pero una canción importante” que le ha dado la oportunidad “de escribir algo más ligero” después de meses de residencia en Miami, donde pasa la mitad del año, lo que la lleva a declararse “latina” de corazón. “En todas partes suena reguetón y de repente te sorprendes cantándolo en casa.
Yo tengo una escritura muy europea y la mayoría de mis canciones tienen un sentido más profundo, pero quería reflejar en mi música un aspecto más juguetón y divertido, como soy yo también, aparte de melancólica”, señala Pausini, que en el pasado ya flirteó con el estilo en el tema “Enamorada».
Entre los cortes de su nueva producción que contienen una mayor carga existencial se encuentra “Nadie ha dicho”, que apuesta por dejarse sorprender por la vida, mensaje que se repite en “La solución”, cuando dice “Dejar un pasado de espectros y buscar nuevos confines».
“El disco entero trata de eso, de dejar el miedo que nos impide mostrarnos como somos, como nos gusta ser y no como gustamos a los demás”, explica Pausini, que cita expresamente la posible influencia perniciosa de las redes sociales, un mundo que ella asume de buen grado para comunicarse con sus seguidores porque no lo hace obligada, eso sí, “con los pies” bien asentados. Este “Hazte sentir” toma el relevo en el mercado a “Laura Navidad” (2016), un disco de temas festivos en clave de swing que acarició durante muchos años, hasta que por fin recibió la luz verde de la discográfica.
¿Hay quien le pueda decir “no” a Laura Pausini? “Absolutamente sí, yo también tengo jefes. Lo puedo grabar, pero si no lo quieren editar, no puedo hacer nada.
Por suerte cambiaron los jefes italianos y ahora soy más libre artísticamente”, explica este “torbellino de propuestas” que ha hecho realidad todos los retos que se ha planteado.
Acaba de abandonar su sillón como “coach” de “La Voz”, papel que ha desempeñado en diversos países, para ocupar el de juez de “Factor X”, que se estrenó el pasado viernes en su retorno a la televisión española, en la cadena Telecinco, después de tres lustros.
Otro reto importante que tiene por delante es convertirse en la primera mujer que actúa en el Circo Massimo de Roma, en julio de este año.
“Fue una sorpresa grande tener la invitación del Ayuntamiento, porque casi nunca hay música allí. Mi primera respuesta fue sí de manera instintiva y a la semana me entraron los miedos, porque hay que hacerlo bien, bajo el riesgo de ser también la primera cantante que fracasa”, subraya. Coincidirá con sus 25 años de carrera y una gira de celebración en la que piensa trazar “un camino” entre todos sus discos y estilos, incluida la música de baile y “alguna cosa muy flamenca».
«¿Diva pop yo? ¿A mi edad? No lo fui ni cuando era más joven”, responde con su conocida espontaneidad. De todo ese camino, se queda como mejor momento con su victoria en el Festival de San Remo “un 27 de febrero de 1993, cuando de un día para otro cambió mi vida y la de mis padres”, contesta Pausini.