Le llamaban William Vargas

<p>Le llamaban William Vargas</p>

EDUARDO PAIEWONSKY BORDAS
Le conocí en 1987, cuando visité su casa por primera vez. Recuerdo su figura: bajo de estatura, ojos claros, de hablar pausado. Publicista de profesión. Pionero en su rama. Su publicitaria, Extensa S. A., ubicada en la calle El Conde fue escuela para publicistas como Freddy Ortiz, Juan Sánchez, Rafael Vásquez, y otros tantos, que junto a William, atesoraron experiencias que abrirían un campo extenso a la actual publicidad en República Dominicana.

Su familia lo era todo. Su deleite: sus amigos. Gustaba de una buena comida (sobretodo la china). Era sincero y rechaza la hipocresía. Hablaba de Dios como algo único. Era callado y discreto. Nunca rechazaba una invitación a pescar o se iba de pesca por sus propios medios. Se perdía en lo oscuro de la noche como quien se pierde en una fábrica de sueños para volver renovado al otro día lleno de ilusiones…Quién sabe en realidad si ahí, en la inmensidad de la noche y la profundidad de la aguas encontraba a Dios como Moisés lo encontraba en la montaña.

Gustaba de un cortadito en la Zona Colonial cada vez que iba a su oficina. Era un romántico de las ideas que albergaran amor a la patria y recordaba la historia como una experiencia irrepetible donde debemos de ser protagonistas y no espectadores.

Fue buen padre y abuelo cariñoso. Nada le intimidaba. No fue nunca apegado al dinero y cuando lo tenía, gustaba de compartirlo con el necesitado.

Procreó seis hijos y consintió a más de una decena de nietos. Al final de su vida, la enfermedad le abrazó y no le soltó hasta su último aliento. Sufrió en silencio hasta donde pudo, pero nunca dejó de brindar una sonrisa.

Le recuerdo siempre con su frase de batalla “ser humilde te hace más grande”. El día que se fue, no estuve ahí. Fue el día de La Altagracia (21-01-2006). Muchos creen que fue coincidencia. Yo no pienso así. Si hubiese podido sugerir un entierro para sus restos, hubiera elegido el mar. Se fue a un viaje sin retorno, a una pesca en mares de paz. Un viaje al cual todos debemos de partir.

Hoy, en su primer aniversario, le recuerdo con afecto especial.

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