El gobierno, no el partido, del Presidente Rajoy  acaba de anunciar pactos en serie con el principal partido opositor (PSOE); imprimiéndole al rescate de su economía, hasta ahora obstaculizado por confrontaciones, el ingrediente político que faltaba. El primero sobre crecimiento y empleo, especialmente de juventudes, a someter a la UE. El segundo sobre transparencia.

Este giro de protagonistas de la política española es aleccionador a la dominicana, particularmente al PRSC, que ha de renovar sus autoridades en agosto próximo.

Obviamente, los propósitos, contenidos y procedimientos de lo pactado, ha de diferenciarse en función de cada realidad; aun cuando en su origen y trasfondo tengan en común el clientelismo expresado en expansión de gastos y deudas.

Los enormes déficits fiscales consecuentes de políticas clientelistas de sus gobiernos anteriores, Rodríguez Zapatero y Leonel Fernández, afectaron sus respectivos sistemas productivos y la generación de puestos de trabajo, principalmente vía la elevada tasa  interés que estos déficits y endeudamiento determinaban. Y porque esos excesivos gastos clientelistas mermaron la disponibilidad de recursos para efectuar gastos de calidad, como inversiones en infraestructura productiva.

Los resultados de los adecuados correctivos tomados por Rajoy no estimularon suficientemente la economía, principalmente por enrarecimiento del clima político determinado por la actitud defensiva del PSOE y la autosuficiencia oficial.

Ambos cedieron en aras de España y su economía, dando ejemplo a emular; particularmente por el PRSC.

Si bien no existe confrontación política entre gobierno y PRSC, este no efectúa los aportes para el que se encuentra capacitado en función de su  experiencia en realizaciones y ejecuciones sin déficits ni endeudamiento.

Sobre todo ante un gobierno como el del Presidente Medina que ciudadanos y sectores consideran preñado de buenas intenciones expresadas en apoyo a producción generadora de puestos de trabajo mediante inversiones públicas, financieras e infraestructura.

Pero los resultados no se compadecen con esas intenciones:  Mipymes critican burocracia, obras anunciadas no son iniciadas, gastos priorizados no se desembolsan; Su gobierno queda ridiculizado por Haití, evade  afrontar la raíz del déficit eléctrico: su sistema de fijación de precios; El verbo archivar domina el discurso de autoridades judiciales, confrontaciones de funcionarios debilitan disposiciones presidenciales en temas como  seguridad; Luce sumiso ante el causante de nuestra crisis quien asume la oposición que no hacen los partidos.

El PRSC, por su experiencia de gobierno, puede contribuir a superar estas situaciones desde su habitual oposición constructiva, pudiendo pactar para ello y estimular pactos con otros partidos.

Pero tendrá que hacerlo a partir de agosto cuando nuevas autoridades asuman su conducción, puesto que las actuales no se interesan en incidir en adecuadas acciones y políticas gubernamentales.