Lecciones de política

Lecciones de política

El licenciado Francisco Elpidio Beras era Secretario de Estado de Justicia y a papá se le ocurrió solicitarle que me consiguiera un empleo en su cartera porque me serviría para la carrera que estudiaba, Derecho.

Cuando llegamos a su casa nos mandaron pasar a la habitación donde él se hallaba anudándose la corbata. Nos dijo que volviéramos al día siguiente. Había sido llamado de urgencia del despacho de Trujillo para que asistiera a un acto en el Palacio Nacional que se iniciaría 15 minutos después, como Francisco Elpidio vivía en la César Nicolás Penson entre Doctor delgado y Doctor Báez, llegaba a tiempo.

El diario El Caribe publicó al día siguiente cómo centenares de personas desde las afueras del Palacio Nacional, solicitaban a gritos el regreso de Trujillo a la Presidencia de la República. El Jefe (Trujillo) según la crónica, “se hallaba en su despacho analizando importantes asuntos de Estado cuando escuchó una algarabía que se producía afuera y decidió asomarse al balcón, junto a sus colaboradores, para indagar sobre el bullicio”. Respondió con saludos al grupo de personas que gritaban la consigna: Trujillo Presidente, inmediatamente. A ese acto, cuidadosamente montado, asistió el amigo Francisco Elpidio.

Algunos medios de comunicación, en su afán de minimizar al Presidente Hipólito Mejía se atreven a decir, a sabiendas de que faltan a la verdad, que el ex mandatario, representante de la corriente mayoritaria en el Partido Revolucionario Dominicano, dividió la organización cuando invitó a sus seguidores a que no se prestaran al matadero electoral preparado por el titiritero Leonel Fernández, el Partido de la Liberación Dominicana y el títere Miguel Vargas.

Le escribí al amigo Adriano Miguel Tejada lo siguiente:

“Dentro del todo, dentro del 100 por ciento, todos tenemos una parte alícuota, igual. En el caso que nos ocupa, la parte menor secuestra el todo. La mayoría es impedida de entrar a la casa mediante el uso de la fuerza. Se le cierran las puertas. Se intenta ningunear a los más en beneficio de los menos. Se buscan posibles árbitros quienes actúan con anteojos de tuerto. Están vendidos. Todos sus fallos han sido dictados desde fuera y los jueces obedecen los intereses violando las normas de justicia. Como se trata de una situación donde se actúa como si se aceptara la inversión de la ética, se cambia la realidad para presentar a los más como culpables de la división del grupo. Como en pocas oportunidades, se intenta romper la soga por la parte más gruesa. Adriano, no rompas la soga por la parte sana. La verdad es que fue Miguel quien dividió al PRD”.

Son lecciones que da la política, para que aprendamos a leer entre líneas y a seleccionar lo que escuchamos.

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