Lecciones políticas del presente

Lecciones políticas del presente

La oleada de luchas y protestas, la mayoría espontáneas, y la integración de nuevos sectores y comunidades a la resistencia, que ha sido uno de los elementos de la coyuntura en los últimos meses, está hoy en baja.

Esto ocurre mientras todo sigue igual o peor en el litoral del gobierno y del partido en el poder: ineficacia y corrupción rampante; entrega del patrimonio nacional al capital extranjero y al voraz capital nacional; total desamparo del aparato productivo, por parte de los funcionarios y de la política oficial.

No hay un solo matiz de la política gubernamental y de las lacras en el comportamiento de los funcionarios, ni un cambio en las peores lacras que este gobierno, que haya cambiado para bien. Al contrario, nuevos y más negativos elementos surgen a diario, que confirman los peores calificativos vertidos contra el gobierno y el partido en el poder.

Sin embargo, la lucha decae, y un cansancio o hastío se apodera de la gente.

Este es el límite de las luchas espontáneas. El límite de las mil batallas desarrolladas sin que apareciera en el horizonte una alternativa política a este desastre, y sin que nuevas fuerzas políticas sustituyan, en el imaginario popular, a una cúpula del PRD, que por su igualamiento en las prácticas políticas y en su vocación corrupta, y por el pacto conservador firmado entre el Dr. Leonel Fernández y el Ing. Vargas Maldonado, ha hecho desaparecer, por primera vez en la historia de los últimos 50 años, aquel cuadro político, caracterizado por un gobierno conservador gastado por el ejercicio del poder, y una fuerza liberal que se le opone, despertando ilusiones de cambios en la ciudadanía.

El panorama político esta frisado. La gente no sabe hacia dónde dirigir sus preferencias, y la rabia expresada en crecientes luchas espontáneas encontraron, momentáneamente, sus límites, al no surgir inteligencias políticas que, con su práctica, empiecen a cambiar el actual panorama.

En la República Dominicana hace falta un análisis de clase de la actual sociedad dominicana que defina claramente sus nichos sociales; aquellos sectores donde se pueda construir un auditorio que, poco a poco, vaya asumiendo una posición política y vaya radicalizándose en la defensa de esas posiciones.

En estos diversos nichos sociales, y en su conexión con una propuesta que se vaya construyendo sostenidamente, está la base para construirle la base mínima de una nueva fuerza y alternativa política en el país. Hay que construir un discurso para los productores (en todos sus sectores y matices), un discurso para los jóvenes y para las mujeres, un discurso para el sector más radical del segmento más empobrecido, y así sucesivamente.

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