Lecciones sobre cómo pagar

Lecciones sobre cómo pagar

POR FEDERICO A. MARTINEZ
El día 2 de febrero de este año el Financial Times de Londres publicó un artículo que se titulaba «Tiempo de Decirle No a Argentina» y felicitaba el voto de Inglaterra, Italia y Japón en contra de desembolsarle el último tranco del préstamo del FMI al gobierno de Néstor Kirshner.

Insistía FT en la necesidad de que los países que conforman el directorio del FMI debían exigirle a Argentina la reestructuración de su deuda soberana antes de producir un próximo desembolso.  Subyacente a la felicitación estaba el hecho de que a pesar de esos tres votos en contra, la aprobación pasó y el desembolso se hizo de todas formas.

La deuda externa de Argentina, con 100 mil millones en bonos soberanos vencidos, es lo suficientemente grande para que un default provoque un daño substancial a las finanzas mundiales.  Los frentes de negociación de Argentina son tres: El FMI más las instituciones multilaterales, los tenedores internacionales y locales de bonos soberanos y las transnacionales que operan las empresas públicas (luz y agua) a quienes Kirshner les congeló las tarifas.  El FMI ha estado evitando que más deuda Argentina caiga en default pagándole a los acreedores multilaterales con un acuerdo standby por 13 mil millones.  Los tenedores institucionales de bonos soberanos, agrupados en el Comité Global de Tenedores de Bonos Argentinos y asesorados por Bear Stearns, ofrecieron en enero del 2004 aceptar un 35% de recorte  (haircut) en su valor facial a lo que Kirshner ofreció a un 75%.  A las transnacionales del negocio de la electricidad les dijo que si quieren se pueden ir, que las tarifa las pone el gobierno y que no incluyan en los costos lo que invirtieron en corrupción.

Ya el pasado miércoles 14 de julio los tenedores aceptaban un 45% de recorte en valor presente neto y Kirshner volvió a ofrecer 75%.  Varias delegaciones de inversionistas particulares europeos que compraron bonos porque sus asesores se lo recomendaron se han acercado al gobierno Argentino y se les ha ido pagando directamente con recortes menores, a los demás que le prestaron a los «Menemistas», que sabían lo que eran y aun así corrieron el riesgo, la respuesta es: 75%.  Adicionalmente los argentinos establecen como tasa de éxito para la reestructuración de la deuda la aceptación de un 65% de los acreedores de bonos, mientras que estos quieren que sea un 90%.

La posición del gobierno argentino es extrema pero no alocada.  Ecuador, con 6 mil millones en bonos soberanos que vencían en el 2002 y 2004 y cupones atrasados, los cambió en 1999 por Eurobonos con cupones ascendentes comenzando a 4% anual hasta un máximo de 10% con vencimiento en el 2030; una reducción de 40% en su valor facial.

La República Dominicana tiene la desgracia de no deber suficiente para ser preocupación de nadie.  No podemos reestructurar la deuda porque el Club de París insiste en que el 90% de los tenedores de los malvados soberanos nuestros tiene que aceptar el mismo acuerdo; no entramos en default, pero estamos a punto con Cogentrix, los bonos y con un poco de suerte también con FENOSA.  A todo esto nuestra más creativa solución es una reforma tributaria para pagar lo que no debieron prestarnos.

La lección del presidente de Argentina sin embargo es válida: los prestamistas irresponsables y corruptores no deben de ser quienes señalen el nivel de sacrificio que debe de pagar la población que no se benefició de la orgía de préstamos.

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federico@promarketdr.com

 

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