Resumen de la Ultreya de Marzo
El Movimiento de Cursillos de Cristiandad dedico en el mes de marzo su Ultreya en favor de San José.
María Isabel Lebron dio las palabras de bienvenida recordando que tanto la escuela de formación y la Librería de colores estan operando y que la revista Palanca puede ser recibida de forma digital.
Antes de dar la palabra al Sr. Omar Awad el orador invitado, invitó al padre Domingo Legua a dar la bendición de la actividad.
Omar al iniciar su reflexión recordó que el Papa Francisco ha dedicado este año en jubileo a San José Salvador del Salvador.
Este titulo fue usado por San San Agustín quien señaló el gran privilegio por ser elegido para ser el esposo de la Santísima Virgen María.
Dio los detalles de como fue la elección.
La señal fue visual en su bastón, en su cayado pues espontáneamente florecieron unos lirios, que son sinónimos de pureza sinónimo de castidad.
San José tenía un temor de Dios casi perfecto.
Por su gran misión tenía autoridad sobre Dios hecho hombre.
San José actuó como padre protector pero también padre providente .
Dijo que Dios es padre providente porque San José fue figura de Dios padre aquí en la tierra para Dios hijo.
Jesús tenía que ser preparado por San José quien le educaba.
Era él quien le llevaba a la escuela del rabino, era él el que se encargaba de que el niño aprendiera a hacer lo que tenía que hacer.
Awad comentó que los misterios de la redención a San José no les tocó verlo aquí en la tierrra. Sin embargo, recibió una anunciación de la Santísima Virgen cuando el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo no temiera de tomar consigo a Maria su mujer porque lo engendrado en ella era del Espíritu Santo y que le pusiera por nombre Jesús porque El salvaria a su pueblo de sus pecados.
A San José se le dio el corazón capaz de amar como Dios padre ama a Dios hijo y como el Padre ama a la Virgen.
El charlista señaló que luego de esa primera visita llegaron dos más del Ángel de Dios Y eso es señal de santidad.
Considerar que esto del Ángel del Señor no es a cualquiera sino que era un ángel muy especial.
San José es el encargado de atender y cuidar la vida de la Sagrada Familia.
Una responsabilidad muy grande ya que no solamente era cuidar de Dios que ya de por sí eso era mucho, sino cuidar de La Reina del Cielo, la Madre de Dios y de su virginidad.
El ser guardián de Ella y a la vez ser su discípulo.
Imaginar a la Vírgen Santísima dialogando con San José explicándole la anunciación lo que el corazón de ella sin pecado conocía de Dios.
San José fue instruido por la misma Santísima Virgen María que es la mejor escuela de santidad y así él fue entendiendo el propósito suyo en el plan de Dios.
El sr. Omar Arbaje con una intuitiva imaginación puso a pensar a la audiencia digital sobre que hubiese pasado si a Maria se le hubiese provocado no obedecerle cuando le dijo que se tenían que marchar a Egipto (el Angel del Señor nueva vez se le apareció en sueños dándole esa instrucción de Dios Padre). También indujo en la reflexión a inducir que él, San José conocía que no sobreviviría a María y a Jesús y la preparó para el dolor que ella sufriría y la preparó recordando aquella profecía de Simeón con que una espada le atravesaría el alma en la pasión y muerte de Jesucristo.
En conclusión, San José el custodio suplió todo antes de que ocurriera su ausencia porque San José fue elegido para ser el guardián protector del Redentor.
Sí San José no hubiera hecho su papel, Herodes termina matando al niño.
Si San José no hubiera obedecido las palabras de Dios por medio del Ángel entonces hubiera muerto el niño antes de tiempo y por eso entonces podemos decir que San José es el Salvador del Salvador.
San José fue el que lo liberó de las manos de la muerte de Herodes cuando murieron tantos niños.
San José por obediencia a Dios salvó a nuestro Salvador. Terminamos este resumen de está bellísima Ultreya con una corta pero significativa oración San José Gracias por tanto ya que cuidaste maravillosamente a Jesús cuídanos también a nosotros mediando junto a María tu esposa y madre de Jesús, nuestros desafíos temporales y eternos. Amén