La leche materna es, por recomendación de los expertos, el alimento esencial en los primeros meses de la vida humana, pero ¿continúa ofreciendo beneficios a partir de los seis meses?

Como explica Clavel Sánchez, coordinadora de la Comisión Nacional de Lactancia Materna, la misma sigue influyendo de manera positiva en el infante, ya que ayuda a desarrollar su cuerpo e inteligencia.

“El cerebro humano se desarrolla casi completamente en los primeros dos años de vida. La leche materna favorece su desarrollo y le da al niño el alimento que necesita para estar bien nutrido” asegura.

Sánchez indica que no existe un tiempo específico (aunque se recomienda hasta los dos años) para dejar de dar el seno, sino que dependerá de la madre y del propio bebé.

Clavel Sánchez recomienda dar solo el seno hasta los seis meses, y a partir de esta edad, agregar otros alimentos complementarios.

Entre los alimentos recomendados a partir de los seis meses están  las papillas de avena, arroz y otros cereales. Además,  debe ir introduciendo en su dieta víveres como ñame, guineos verdes, plátanos verdes y maduros, yuca, papas, y las frutas no cítricas como el guineo, mango, sandía, melón y lechosa.

De los 8 a 9 meses, aconseja agregarle a la dieta infantil hígado de pollo, res, pescado sin espinas, habichuelas, garbanzos, gandules, yogurt y yemas de huevos bien cocidas.

Entre los 10 meses y el año, es preferible darles los mismos alimentos, pero en mayor cantidad y tres veces al día. Y a partir de los 12 meses, introducir las frutas cítricas.

Es bueno destacar, dice Clavel Sánchez, que en todas estas etapas, estos alimentos deben ser acompañados por la leche materna. Asimismo -señala- la lactancia provee  las cantidades necesarias de  vitaminas A, B, y C, que permiten que el niño crezca saludable y esté bien protegido;  fósforo y calcio, para que tenga huesos sanos y fuertes; hierro, para mantener la energía; proteínas, para protegerlo contra las enfermedades, y azúcares, para alimentar el cerebro. “Las grasas de la leche materna los protegerán de padecer enfermedades del corazón y de la circulación cuando sean mayores, y además favorecen la inteligencia de los pequeños”, refiere Sánchez.

 Beneficios para mamá.  Pero, tal y como lo describe la experta, estos beneficios también alcanzan a la madre, pues ayuda a disminuir el sangrado post parto, por lo tanto disminuye el riesgo de anemia, si se coloca al niño en el seno en la primera hora del nacimiento. Además, las  que amamantan a sus hijos “tienen menos riesgo de cáncer de seno o en los ovarios”.

Para la familia.  Se refuerzan los lazos de amor familiares, previene el maltrato infantil; la economía familiar se favorece, porque no hay que comprar fórmulas y como la lactancia materna protege la salud de la criatura, las visitas a la consulta médica son menos frecuentes, y evita la contaminación del medio ambiente.