Lectura esencial

Lectura esencial

La política tiene como regla dejar pocos espacios a la racionalidad. Por eso, aproximarnos a una lectura esencial del proceso electoral celebrado el pasado 15 de marzo constituye una tarea impostergable. Más allá de los resultados, factores invisibles provocaron un comportamiento de repelencia respecto a todo lo asociado al oficialismo que, en lo inmediato alienta las fuerzas opositoras, pero resultaría un acto de ingenuidad creer que PLD se quedará con los brazos cruzados. Las cacerolas, protestas en las plazas y la consolidación de una sociedad civil vigilante de la transparencia en la competencia municipal crean un ambiente ventajoso para la propuesta opositora, y la capacidad de mantener con niveles de articulación a la franja indignada con el partido gobernante, facilita matemáticas electorales que en teoría reproducirán en mayo resultados similares a los alcanzados hace menos de una semana.
El oficialismo no se quedará tranquilo. De ahí que reaccionará con una lógica propia de la naturaleza corporativa que caracteriza a la organización, colocando el ataque personal y la campaña sucia como eje básico para disminuir las posibilidades de Luis Abinader. Y la funesta tarea, tiene una estructura integrada por extranjeros “con experiencia” en la materia. Inicialmente, en el orden de lo estrictamente político pretenden agrupar sus fuerzas sobre el criterio de los riesgos de su salida y colocar a la empleomanía del sector público en los rieles de las perturbaciones para que defiendan a capa y espada sus empleos. Adicionalmente, alentando un ejército de simpatizantes diezmados en su moral por la reducción de los espacios municipales que los conducen a toda clase de cálculos e interpretaciones aritméticas en la construcción de argumentos propalados en las instancias de la comunicación gubernamental, tendentes a encontrar una pulgada de posibilidades en la competencia presidencial.
Ni en el PLD ni dentro del Gobierno se tiene el interés de leer con astucia el comportamiento de los electores que, en todo el territorio nacional, hicieron del aspirante de la oposición la herramienta para golpear con su voto los niveles de hastío. Toda la oferta municipal del PRM anduvo en el lugar indicado y en el momento preciso para mandarle una señal políticamente correcta al club de arrogantes y altaneros que confunden la capacidad financiera gubernamental de edificar el relato vía sus correas de transmisión con destrezas para engañar a una población capaz de acceder a otras modalidades de la información y responder desde su verdad a tantas mentiras.
La interpretación silenciosa del aluvión de indignación expresada electoralmente en las elecciones municipales, también toca la cínica sonrisa del ministro todopoderoso que se exhibía por los programas cercanos al Gobierno dándole en la cara a todos con sus proyecciones victoriosas, el empresario rentista que se ampara en la sombrilla institucional simulando distancias que sus operaciones con el sector público le hacen rehén del oficialismo, las argumentaciones exquisitas de comentaristas adheridos al presupuesto nacional, altamente seducidos por la “astucia” estratégica del gobernante que terminan en derrotas, las ratas jurídicas revestidas de analistas políticos para la defensa de sus igualas indecorosas porque la derrota previsible los llena de tormento, el rufianismo mañanero radial que los años de su dilatada carrera proyectan un final de degradación inexplicable y el otrora reputado encuestador que su fascinación por el dinero lanzaron al piso su credibilidad, colocándolo de sastre estadístico al servicio del mejor pagador. Sin estar en las urnas, también ésos estilos fueron derrotados!

No nos detengamos en leer resultados electorales pura y simplemente porque la clave reside en abrir las compuertas para impedir modalidades rastreras que, enquistadas como la norma de actuación de actores políticos, serán implementadas en los próximas días contra el candidato del cambio. Entendiendo que el poder lo puede todo y se pueden ejecutar acciones de cualquier naturaleza perdieron en primer round. Ahora, andan cazando toda clase de perversidad en procura de desequilibrar a los electores como etapa previa a una campaña del miedo.
La ciudadanía conoce el método y sus arquitectos. Afortunadamente, la lectura esencial del proceso reflejó los primeros resultados: ¡lucen desorientados!