Lecturas del proceso electoral

Lecturas del proceso electoral

(I)
Después de concluido un proceso como el de las votaciones para escoger más de 4 mil autoridades a nivel presidencial, congresual y municipal, es lógico que de los resultados proporcionados hasta ahora por la Junta Central Electoral se desprendan experiencias y lecturas que servirán para el aprendizaje, especialmente para la reflexión del liderazgo político nacional y local.
En los niveles municipales y congresuales, aún este miércoles cuando se escribe este artículo, las informaciones que se tienen a manos son valiosas para tratar de buscar las causas de las victorias o derrotas de ciertas candidaturas.
Como está ocurriendo en las instituciones públicas de República Dominicana, en el ámbito político se produce un taponamiento, una especie de embudo que impide la fluidez, de modo que el viejo liderazgo que tiene 45 años dominando el espectro político deje pasar a nuevos actores, con visión y accionar distintos.
El hecho de que en las tres fuerzas políticas, incluida el PRM que no emerge nuevo sino que sus dirigentes se reciclan con nuevas siglas, hay viejos rostros, pero más que lo físico o la edad, lo que preocupa son los cerebros que se quedaron petrificados en obsoletas ideas o prácticas políticas.
Las victorias obtenidas por nuevas figuras en los niveles congresuales y municipales en Santo Domingo y en otras demarcaciones del país, así lo atestiguan. Son coronaciones electorales que se produjeron por encima de las viejas propuestas, fenómeno que no tardará en repetirse en el futuro, de continuar los viejos liderazgos aferrados a los mismos esquemas.
El caso más paradigmático es la contundente victoria obtenida por el joven David Collado para la alcaldía del Distrito Nacional.
La pregunta que nos hacemos todos es: ¿por qué si Roberto Salcedo hizo una buena gestión, histórica diría, no fue respaldado para un cuarto período? Hay muchos factores que pueden ser analizados. El que más se repite es el relativo a que un sector cercano al presidente Medina habría ordenado votar a favor de Collado. Eso puede ser, pero quienes esgrimen ese argumento para buscar las explicaciones de la derrota en el Distrito Nacional, están perdiendo de vista otro elemento oculto.
El PLD lleva más de cinco lustros ejerciendo el poder en los diferentes estamentos del Estado. Su cúpula ha estado muy ocupada en las tareas propias de esa responsabilidad, en consecuencia no ha habido espacio para la renovación de ideas y partidaria. De hecho, en el pasado Congreso, todas las autoridades peledeístas y aquellas aspirantes a los puestos electivos fueron reelectas sin mediar una votación democrática.

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