Legalidad y teatro

Legalidad y teatro

Después que un senador propaló: “Loma Miranda, Parque Nacional o se hunde la isla” es obligatorio el examen del compromiso patrio. La ciudadanía con historial, preocupada por el devenir nacional, con participación en el proceso democrático, tiene que revisar su actitud. De repente, el destino del país pende de la declaratoria de parque nacional. Al poder ambientalista de una causa! Una sola, que excluye ríos exiguos, agotados, aserraderos ilegales, corales dinamitados, quema de árboles, desperdicios tóxicos, basurales urbanos, aguas contaminadas, sur asfixiado y acezante… Nada es más importante que la Loma. A olvidar la irresponsabilidad de diputados y senadores que demuestran, una vez más, para qué están ahí.

Aquel “corroboro” del siglo pasado, se convierte en yo cobro y punto. La sinceridad es descaro y sin la menor turbación, la excusa para los desatinos es: “no leímos el proyecto”. Antes y ahora, cuando se trata de proyectos “complicados”, no se lee, no se asume. El diputado del PRD por La Vega, reveló: nosotros no enviamos el proyecto a comisión porque, déjame decirlo con claridad, la presión política y la presión popular, forzaron a que nosotros conociésemos ese proyecto sin enviarlo a comisión.

Es el Poder Ejecutivo que le señala, al Poder Legislativo, la violación a la ley. A los hacedores de las leyes se les olvidan las leyes. No tienen tiempo para el cotejo y el estudio. No recuerdan leyes derogadas ni vigentes. Sus asesores jurídicos no revisaron la Constitución y menos respetaron lo dispuesto en el numeral 2 del artículo 26 de la Carta Magna: las normas vigentes de convenios internacionales ratificados, regirán en el ámbito interno, una vez publicados de manera oficial. Vigencia tan cacareada, por algunos sectores, cuando de denostar el contenido de la sentencia 168/13, del Tribunal Constitucional, se trata.

La autosuficiencia congresual tampoco reparó en las advertencias del ingeniero minero Osiris de León. El incansable miembro de la Academia de Ciencias, presumió que en los predios del Congreso nadie leía sus artículos y envió una carta al presidente de la comisión especial del Senado que evaluaba la propuesta de loma Miranda, parque nacional. La contundencia de las advertencias del especialista recibió la descalificación como respuesta. La injuria fue más fácil que la ponderación. No solo atribuía competencia al Ministerio de Medio Ambiente para la declaración de parque nacional, sino que la carta señalaba errores geográficos garrafales en el texto del proyecto y confusión con los datos hídricos. Desmentía información que la emoción impide analizar. “En Loma Miranda no existen 30 afluentes de agua, como se ha querido vender a la opinión pública, en la zona solo existe el arroyo Jagüey que produce 0.5 metro cúbico de agua por segundo”. Su experiencia en el manejo de la Ley Minera, señaló artículos desconocidos o desechados por el Senado y también por la Cámara de Diputados.

Atender el ruido de la calle es lo primero, como comer, porque diputados y senadores están en campaña siempre. Mantener las curules define el afán cotidiano. Complacer las voces ciudadanas, compensar la ira coyuntural, es la urgencia. Que el país no tiene más problemas. Solo el verde interesa. La observación del Presidente de la República ha sido el clarín para un levantamiento. Quizás, la mayoría de los manifestantes desconozca el contenido de la observación. O piensa que deserta y traiciona, si lee el párrafo que reza: “Durante mi mandato, no se autorizará ninguna explotación minera en Loma Miranda ni en ningún otro lugar del territorio nacional sin que se cumpla, de manera estricta, con los requerimientos de un aprovechamiento medioambientalmente sostenible y que la empresa beneficiaria de la concesión se gane, legítimamente, con sus acciones, la licencia social que amerita una explotación de esta naturaleza». Donde hay más teatro hay menos exactitud, dictó el filósofo. Algunos tendrán que asumir el efecto de sus proclamas y también de sus cristales rotos, consigna infeliz que recuerda el inicio del holocausto.

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