Legalización, regulación, despenalización y descriminalización de las drogas

Legalización, regulación, despenalización y descriminalización de las drogas

Apenas comenzamos a discutir la necesaria revisión de la legislación y praxis del manejo de la drogadicción y el tráfico de drogas en el país. Hay mucha tela por donde cortar, porque se debe cambiar en muchos aspectos, tanto por la rigidez  y conservatismo de la legislación sobre las toxicomanías, como por la arbitrariedad en el trato a los adictos y traficantes de drogas.

En primer lugar, es una vergüenza que en este país se vendan libremente bebidas  alcohólicas a los conductores de vehículos y se castigue con solo seis meses de prisión a responsables de crímenes en el volante, como pasó recientemente.

Hay que tener en cuenta también que las dos drogas que más  daño causan a los seres humanos hoy en día, que son el alcohol y el tabaco, están legalizadas, y que se trate como a traficantes, con grandes penalidades, a simples consumidores de drogas prohibidas, muchos de los cuales son verdaderos enfermos, víctimas de sus debilidades y malas influencias.

En materia de control de drogas, es necesario establecer con mayor exactitud las características que distinguen a los consumidores de los microtraficantes y de los distribuidores mayoristas, para no llenar las cárceles de enfermos necesitados más de atención médica y psicológica que de ser convertidos en delincuentes profesionales en las ergástulas que son la mayor parte de nuestras cárceles.

De todas maneras, hay que organizar el control de drogas primero diferenciando las drogas duras, como  los opiáceos, de las menos nocivas como la marihuana, y las anfetaminas, estando la cocaína en situación intermedia, para fines de su manejo. A ese respecto, cabe distinguir cuatro tipos de acciones: la legalización, la regulación, la despenalización y la descriminalización.

La legalización  es la compra y venta abierta de una o más drogas, la cual tendría la ventaja de que reduce el narcotráfico a su mínima expresión, pero en cambio pone en contacto con éstas a amplios sectores de la población que le teme a toda prohibición, dentro de los cuales hay los que tienen propensión temperamental o circunstancial a consumirlas.

 La regulación es una modalidad en la que el control que se ejerce mediante el suministro y venta de cantidades limitadas a usuarios no recuperables a corto plazo, de algunas drogas  prohibidas, mediante mecanismos públicos o privados.

La despenalización  que supone la eliminación de todas las penas por posesión de drogas para uso personal y  privado, persiguiendo solo a los traficantes y  a quienes las  consumen en sitios públicos o con menores.

La descriminalización es una fórmula moderada de política pública sobre drogas,  consistente en mantener el carácter de infracción legal a toda conducta pro-adictiva, pero solo estableciendo multas, desintoxicación obligatoria y trabajo social para los infractores privados; pero  persiguiendo como delincuentes a los que suponen  un peligro activo para los demás, por conductas violentas o corruptas, o manejar vehículos y maquinarias con potencial de peligrosidad. 

Es dentro de estos parámetros que debe revisarse tanto la legislación como su aplicación en el país acerca de la drogadicción y el narcotráfico, y por consecuencia al lavado de activos de esa procedencia en el  fin de reducir la incidencia que tienen  estos problemas en la sociedad dominicana.

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