Legislación de tierras

Legislación de tierras

La prensa diaria nos trae la noticia de que las autoridades han descubierto una pandilla dedicada a la falsificación de títulos de propiedad y otras actividades conexas destinadas a timar ciudadanos y, entre ellos, a un deportista a quien le «vendieron» una propiedad inexistente.

Esta situación había sido denunciada en varias ocasiones por el suscrito en mi vieja columna que siempre mantuve en distintos diarios de esta ciudad, señalando las distintas fórmulas utilizadas por los malhechores para la ejecución de sus propósitos y donde comentaba que esa banda tenía contactos que le ayudaban desde adentro y lo decíamos con conocimiento de causa y lo único que conseguimos fueron múltiples malquerencias que prácticamente arruinaron nuestra carrera de abogado dedicado únicamente al quehacer inmobiliario.

En nuestro ejercicio de más de cuarenta (40) años hemos visto las distintas modalidades que usan los eternos engañadores, pero siempre lo hacen contando con un «amigo» que desde adentro, da las facilidades a sus fechorías.

La noticia actual nos dice que la banda falsificaba títulos, es decir, que organizaba un certificado de título de una propiedad inexistente la cual vendía, señalando con el debo cualquier otro inmueble, cuyo dueño ignoraba la situación y así procedían a sacarle el dinero a sus victimas, pero este no es el único medio que utilizan los engañadores, existe además los que real y efectivamente que venden y luego inician una litis alegando que no han vendido sin dar la cara al Tribunal queriendo mediante una simple comunicación apoderar una oficina de abogado para recuperar hoy lo que vendió ayer.

He tenido muchos casos similares, pero cuando el Tribunal presidido por Juez de experiencia ordena la comparecencia personal de los reclamantes, la cosa cambia porque no es lo mismo decir yo no he vendido desde el extranjero que someterse al escrutinio de un juez inquisidor.

Hay muchas formas más que analizaremos en otras entregas.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas