Legisladores alborotados

Legisladores alborotados

En un país donde los actos de corrupción abundan y permanecen impunes, ha sorprendido la decisión de la Cámara de Diputados, casi a unanimidad, de enviar los miembros de la Cámara de Cuentas a juicio político en el Senado.

Pocas veces en la historia dominicana se ha recurrido a este mecanismo que la Constitución establece para que los legisladores conozcan y establezcan posibles sanciones administrativas a determinados funcionarios públicos por mal práctica. ¿Qué ha pasado ahora?

Se ha dicho que los miembros de la Cámara de Cuentas fueron tan inescrupulosos que no dejaron espacio para que el gobierno se hiciera de la vista gorda. Que las pugnas internas en ese organismo destaparon una caja de pandoras hedionda.

Pero eso no es nuevo. Desde hace tiempo circulaban los rumores de descuido en las funciones auditoras de ese organismo y del uso abusivo de los recursos públicos.

Para entender por qué los diputados de manera casi unánime decidieron investigar y enviar a juicio político a los miembros de la Cámara de Cuentas hay que entender también la situación actual de los legisladores.

Concluidas las elecciones presidenciales de 2008, el horizonte político de los funcionarios electos en el Congreso y los municipios es incierto para el 2010. La situación fluida en los partidos y la actual crisis económica les afecta negativamente.

Para reelegirse, los congresistas tienen dos desafíos: lograr la nominación en sus partidos y ganar las elecciones.

Pero los legisladores tienen mucha incertidumbre de qué ocurrirá en sus partidos en las primarias de 2009, y saben aún menos cuáles serán las preferencias del electorado en el 2010. Por eso tienen que comenzar a elevar su perfil político.

Pocas acciones del Congreso pueden tener tanta trascendencia popular como atacar la corrupción.

Con algunas medidas puntuales de control, los legisladores pueden ganarse muchos adeptos, al presentarse a la sociedad con una causa noble como la anti-corrupción, que los gobiernos dominicanos siempre prefieren ignorar.

De ahí la convergencia de criterio de los diputados, independientemente del partido al que pertenecen, con el juicio político a la Cámara de Cuentas.

Para los diputados y senadores reformistas, la posibilidad de reelección en el 2010 es casi nula, a menos que cuenten con un gran liderazgo personal en sus circunscripciones.

El PRSC llegará al 2010 muy debilitado en términos organizativos y, por su baja votación en el 2008, no obtendrá grandes concesiones si establece una alianza con el PRD o PLD.

En el caso de los diputados y senadores perredeístas, su escogencia como candidatos en el 2009 dependerá de qué grupos dominen el PRD. Por el momento, la principal carta para la nominación, y posible triunfo electoral, es destacarse en su labor congresional.

En el caso de los diputados y senadores peledeístas, muchos fueron nominados por Danilo Medina, quien no podrá actuar como padrino político en las próximas elecciones congresionales, porque decidió marginarse de las decisiones internas de su partido después de las primarias presidenciales.

Ahora los legisladores peledeístas quedan a expensas de Leonel Fernández para la nominación, y de la labor legislativa para su reelección.

Esto quiere decir que la mayoría de los diputados y senadores han quedado sin padrinos, lo que les impide amarrar con anticipación la nominación. Por eso están compelidos a impulsar algunas acciones públicas que les generen brillo en un firmamento político opaco.

Por sus pugnas internas, la Cámara de Cuentas ha ofrecido a los legisladores una oportunidad estelar para demostrar sintonía con la vieja demanda social de que se castigue los corruptos.

Ya han iniciado el proceso. Ojalá lo concluyan de manera eficaz, transparente y con absoluto respeto al marco legal existente.

El alboroto actual de los legisladores, aunque interesado, es oportuno por dos razones. Eleva el perfil político del congreso, y sobre todo, porque cualquier mensaje de control a la corrupción que envíen será beneficioso para la sociedad, a pesar del descarado aumento de sueldos que se hicieron los diputados.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas