Miembros del Congreso de Estados Unidos que creen que Cuba está ejecutando una transición suave del poder, dijeron esta semana que propondrían una legislación para aliviar el embargo de su país a la isla y las restricciones a los viajes.

 “Contrariamente a la idea de que una vez que Fidel Castro hubiera desaparecido habría una conmoción, y los estadounidenses desfilarían por la isla, no tuve en absoluto una sensación como esa”, dijo Jo Ann Emerson, una representante republicana por Missouri, quien visitó Cuba el mes pasado como parte de una delegación de legisladores de Estados Unidos.

La señorita Emerson y James McGovern, un demócrata por Massachusetts, dijeron que el grupo de trabajo House Cuba, igualmente representado por los dos partidos, se acordó por la necesidad de eliminar las restricciones a los viajes y aflojar el embargo. Esta fue la “visión principal” en el Congreso, dijo McGovern.

Iniciativas anteriores habían fracasado en el comité, pero ahora, con ambas cámaras del Congreso bajo el liderazgo demócrata por primer vez en 12 años, el presidente George W. Bush pudiera verse obligado a utilizar su poder de veto, si es que quiere mantener su política de línea dura hacia Cuba.

 “Nuestra política hacia Cuba ha hecho más para mantener a Castro en el poder que ninguna otra cosa”, dijo McGovern, en un seminario auspiciado por el centro de análisis Consejo sobre Relaciones Internacionales (CFR). Dijo que el pueblo cubano está asimilando la salida de Castro, y que la administración Bush estaba empezando a aceptar esta “realidad”.

John Negroponte, director de Inteligencia Nacional, dijo que el “régimen” cubano estaba tratando de generar un “aterrizaje suave”, mientras traspasa el poder a Raúl Castro. “No deseamos ver que eso ocurra”, dijo al comité de Inteligencia del Senado. “Pero lo que no se sabe es si las personas están resistiendo. Quizás no estemos viendo todavía el tipo de fermentación que uno pudiera esperar ver, una vez que Castro salga definitivamente de la escena”.  Julia Sweig, analista del CFR dice que Washington tiene que “despertar finalmente ante la realidad de cómo y por qué el régimen de Castro ha resultado tan duradero, y reconocer que, como resultado de su ignorancia, tiene pocas herramientas con las cuales influir de manera eficaz en Cuba una vez que Fidel haya partido”.

La oficial Comisión de Ayuda a una Cuba Libre, cuyas recomendaciones han sido aceptadas por Bush, ha propuesto mantener la presión económica sobre Cuba para debilitar su estrategia de sucesión. Una gran operación de ayuda humanitaria está lista para ser montada -una vez que un nuevo gobierno cubano la solicite. “Nuestra política exterior hacia Cuba no ha cambiado”, dijo el Departamento de Estado. 

Thomas Shannon, secretario ayudante de Estado, dijo el martes que para EEUU el 2007 sería el año de acercarse y escuchar a la región. Habló positivamente sobre los esfuerzos por hacer que avance el diálogo con el presidente Hugo Chávez, de Venezuela, pero no hizo mención a Cuba después  de hablar durante más de una hora en el Centro de Estudios Estratégicos Internacionales. (Trad. IPC)

VERSION IVAN PEREZ CARRION