Con toda seguridad, lo primero que se hace cuando se come una naranja es quitarle la cáscara gruesa y tirarla directamente a la basura. ¿Adivina qué? Usted se está perdiendo en una gran cantidad de nutrientes. Puede usarla para elaborar dulces o como ralladura.

Lo mismo sucede con muchas frutas y verduras; la piel es a menudo la parte más nutritiva, y puede comerse a pesar de lo que piensa.

Manzanas. La piel de una manzana contiene aproximadamente la mitad del contenido de fibra dietética total de la manzana. Una manzana mediana también ofrece 9 miligramos de vitamina C, 100 UI de vitamina A, y 200 gramos de potasio. Mediante la eliminación de la cáscara, se pierde alrededor de un tercio de esos nutrientes.
Papas. La piel de una papa tiene más nutrientes-hierro, calcio, potasio, magnesio, vitamina B6 y vitamina C, que el resto de la papa.

Cítricos (naranjas, limones, toronjas, limas). La cáscara de una naranja en paquetes de dos veces tanta vitamina C como lo que hay dentro. También contiene mayores concentraciones de riboflavina, vitamina B6, calcio, magnesio y potasio.

Pepinos. La piel, de color verde oscuro, contiene la mayoría de los antioxidantes de un pepino, fibra insoluble y potasio. La cáscara de pepino también contiene la mayor parte de su contenido en vitamina K.

Kiwi. Usted probablemente ha estado cuchareando la pulpa verde dentro durante años, pero el exterior difuso de un kiwi también es comestible. De hecho, la piel contiene más flavonoides, antioxidantes y vitamina C que en el interior y el doble de la fibra, así que olvide la cuchara, lave el kiwi y cómalo como un melocotón. Si encuentra la pelusa poco apetitosa, puede rasparla primero.

Mango. Los investigadores encontraron que la piel de mango contiene propiedades similares al resveratrol, que ayuda a quemar grasa e inhibe la producción de células adiposas maduras. Se probó con extractos de pulpa de mango también, pero no produjeron los mismos resultados, lo que sugiere que hay que comer la piel de mango par a obtener esta propiedad beneficiosa.

Zanahorias. Puesto que la piel de una zanahoria es del mismo color que lo que está directamente debajo de ella (como un tomate o un pimiento rojo), la cáscara y su carne tienen propiedades nutricionales similares. Sin embargo, la mayor concentración de fitonutrientes se encuentra en la piel de una zanahoria o inmediatamente debajo. Simplemente enjuáguela minuciosamente en vez de pelarla.

Sandía. Las sandías contienen citrulina, que tiene propiedades antioxidantes y convierte a arginina, un aminoácido esencial beneficioso para el corazón, el sistema inmunológico y el sistema circulatorio. Pero la mayor parte de que la citrulina se encuentra en la corteza. Comer una corteza puede sonar poco apetecible, pero puede ser en escabeche (como un pepino), o simplemente salteadas y sazonadas.

Cebollas. Al igual que la piel de la manzana y la de mango, la parte externa de la piel de una cebolla contiene quercetina. Aunque esa piel no es comestible directamente, puede extraer algunos de esos nutrientes utilizándolos en infusiones.

Piña. La piña contiene bromelina, una enzima que puede ayudar a reducir la inflamación, especialmente en la nariz y los senos paranasales. Un estudio encontró que el núcleo y la cáscara de una piña produjeron la mayor cantidad de bromelina en la fruta, en un 40 %.

La piel y el núcleo de una piña serían duros para su sistema digestivo, por lo que se recomienda poner a través de un extractor de jugos o rehogar durante unos minutos en una sartén.

Guineo maduro. La cáscara del guineo contiene más fibra que su carne, y es también más rica en potasio.

La cáscara también contiene luteína, un poderoso antioxidante que ayuda en el mantenimiento de la función del ojo sano.

Además, un aminoácido llamado triptófano está más concentrado en la cáscara de las entrañas. Su importancia radica en que, entre otras cosas, se cree que el triptófano alivia la depresión al aumentar los niveles de serotonina, un neurotransmisor en el cerebro que afecta el estado de ánimo.

Berenjena. La tonalidad púrpura de una berenjena proviene de un poderoso antioxidante llamado nasunin, que ayuda en la protección contra el desarrollo del cáncer, especialmente en el cerebro y otras partes del sistema nervioso.
También se cree que el nasunim tiene propiedades anti-envejecimiento.

La piel de la berenjena es rico en ácido clorogénico, un fitoquímico con propiedades antioxidantes y anti-inflamatorias, y otro dato importante es que también promueve la tolerancia a la glucosa.

El interior de la berenjena contiene ácido clorogénico, que es mucho más frecuente en la piel.