Quedando sobreentendido que los símbolos fueron creados para identificar gráficamente una institución, un grupo, un partido, etc., así como las banderas identifican las naciones, se deduce que estos símbolos abarcan en su representación los estatutos, los credos y los lemas de las instituciones.

En nuestra realidad política, la representación de un gallo, una estrella, o un jacho encendido, no necesita más identificación para saber a cual de los tres partidos mayoritarios nos referimos. Y con más fuerza visual se identifican si son grabados sobre un fondo del color que también los representan.

Durante la primera mitad del pasado siglo ningún caballero o dama salía a la calle sin cubrir la cabeza con un sombrero. Había de varios estilos, uno para uso informal y otros para ocasiones de gala. Las gorras con viseras y las boinas estaban reservadas para uso de escolares y del populacho. El trajín de la vida se encargó de eliminar el uso de l sombrero, que resultaba impráctico; pero la necesidad de proteger los ojos de los rayos del sol por medio de una visera resultó en el más simple de los diseños para nuestras cabezas, la gorra. Su popularidad comenzó durante el siglo pasado cuando formaba parte del atuendo de los peloteros. Hoy día la gorra se usa profusamente a nivel mundial. Además de ser usada a diario por la masa pobre, también la usan los ricos para momentos informales y para practicar diversos deportes. Presidentes de poderosas y pequeñas naciones al usarlas han contribuido a hacerlas más populares. Ya que las gorras son una cómoda y práctica realidad en nuestra vestimenta, las mismas deberían se presentadas con diversos atractivos y elegantes. Las siglas y los letreros impresos en ellas, resultan pasados de moda e incómodo para quienes la portan, pues los hacen ver y sentir como vallas ambulantes de propaganda.

Las gorras de nuestros tres partidos mayoritarios se verían de más clase si solo se les aplicaran sus respectivos símbolos. Así el jacho encendido del PRD (que es en realidad una antorcha) puede representarse en su gorra blanca como una antorcha olímpica que representa la luz y la paz que necesitamos.

El PLD al frente de su gorra morada podría presentar únicamente su estrella amarilla, símbolo también de luz y de paz, la cual, al igual que la de Belén, invita a seguir.

Y el PRSC, sobre su gorra roja, color de fiesta y alegría, que también es luz y paz, podría presentar un hermoso y valiente gallo, con una de sus patas firme en el suelo y la otra levantada en actitud de dar un firme paso hacia adelante. (Por aquello de » a paso de vencedores»).

Modelos de gorras más lujosas podrían llevar sus símbolos bordados, y una cinta-cordón dorado alrededor de su borde.

Con gorras así, las llevaríamos todos con orgullo.