LENGUAJE SEXISTA otro tipo de violencia de género

LENGUAJE SEXISTA otro tipo de violencia de género

En el Larousse, mujer se define como esposa o mujer de la vida, prostituta, mujer fatal. Mientras que el hombre posee una caracterización benévola: “ser dotado de inteligencia”. ¿Acaso es machista nuestra lengua? El lenguaje sexista excluye a las mujeres, dificulta su identificación o las asocia a valoraciones despectivas y estas definiciones le dan preponderancia a uno de los sexos en perjuicio del otro: al hombre sobre la mujer.
Si vamos a la Real Academia de la Lengua (RAE), la palabra zorra, es “un término vulgar para referirse a una prostituta”, la misma palabra en masculino -zorro-, es definida como “símbolo fascinante, un astuto depredador”.
El lenguaje es relevante porque construye la forma en la que se entiende el mundo. Arelis García López, educadora, orientadora escolar, terapeuta familiar que dirige el Centro de psicoterapia familiar Aregarlop, explica que el lenguaje sexista es la forma en como la sociedad ha denominado ciertas expresiones de desigualdad y lucha de poder entre los diferentes sexos.
En algunas ocasiones el lenguaje trata a las mujeres como “apéndices” de los hombres. Por ejemplo, en la definición oficial de “reina” podemos encontrar la acepción de “esposa del rey”, mientras que esa acepción no existe para la palabra “rey”.
Relación mujer-hombre. Ignorar la presencia de la mujer en el uso del lenguaje, afecta la relaciones mucho más de lo que se podría pensar, sobre todo en este siglo donde la mujer avanza y se desarrolla, pero no por cuestiones relacionadas con semántica, sino con algo más profundo que se ha mantenido durante 60 años desde la aparición del término “sexista”.
“Hablo de la desigualdad de oportunidades, de la incapacidad de algunos hombres para reconocer los niveles intelectuales y físicos que determinan la capacidad de todo ser humano, sea hombre o mujer, generando por ignorancia documentada una estéril e injusta disputa entre ambos sexos, que no permite que el desarrollo de la sociedad vaya acorde con lo planteado a nivel mundial cuando hablamos de personas auténticas, felices, realizadas y con la capacidad de reconocer sus fortalezas y debilidades, no importando su sexo”, explica García López.
Solapa la violencia. El ocultamiento de las mujeres en el lenguaje es discriminación, privación de su libertad y de derecho, al crear y recrear prejuicios y desvalorización, no sólo de forma directa con una palabra ofensiva, sino también con la exclusión del género gramatical (femenino), establece la académica Anna María Fernández Poncela en su libro Violencia en el lenguaje o el lenguaje que violenta.
En este libro la autora destaca que existen múltiples posibilidades en la lengua española para que el lenguaje sea más equitativo y menos sexista, y reconoció que ya hay cambios, pues en varias instituciones se intenta utilizar un lenguaje menos discriminatorio en sus textos formales, así como en discursos de políticas y políticos en algunos medios de comunicación.
Posición de RAE. Niñas y niños, dominicanos y dominicanas ¿Los usos verbales de los hispanohablantes son o no sexistas? Ese debate fue abordado por la Real Academia Española, en el artículo “Sexismo lingüístico y visibilidad de la mujer”, de Ignacio Bosque.
En el texto del catedrático de Lengua Española de la Universidad Complutense de Madrid se abordan numerosas guías de lenguaje no sexista publicadas en España; esas recomendaciones, señala, “contravienen no solo normas de la RAE y la Asociación de Academias, sino también de varias gramáticas normativas, así como de numerosas guías de estilo elaboradas en los últimos años por muy diversos medios de comunicación”.
Bosque, autor del informe que suscribieron en su momento 26 académicos, reconoce que, si bien existe una “discriminación contra la mujer en la sociedad” y la presencia de “usos verbales sexistas”, el lenguaje inclusivo “difunde usos ajenos a las prácticas de los hablantes” e imposibilita “la comunicación efectiva”. Es lo que la RAE denomina “economía del lenguaje”.
Sin embargo los defensores del lenguaje no sexista alegan que “una lengua que no se modifica solo está entre las lenguas muertas”. En otras palabras, una lengua debe ser el reflejo del momento histórico actual, y evolucionar de forma análoga a los tiempos que corren. Es producto de una práctica social.
Las normas de un club históricamente masculino. Cabe destacar que la RAE es un árbitro principal en el uso de la lengua española. Durante sus 165 primeros años de existencia, la institución sólo admitió a una mujer como académica honoraria, en un extraño caso de precocidad y probable favoritismo entre aristócratas.
La ausencia perdurable de mujeres en la Academia, un club masculino hasta fechas recientes, difícilmente favorece que sus miembros consideren el androcentrismo lingüístico como un problema contra el cual intervenir.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas