Lenguajes del amor

<STRONG>Lenguajes del amor </STRONG>

Hablar del tema de los  lenguajes del amor, es inevitablemente  adentrarse en la línea de pensamiento del reconocido escritor Gary Chapman. Quien ya conocía, por su libro “Los cinco lenguajes del amor de los niños”, pero que ahora, gracias a la importancia que  aflora en mi parroquia para el desarrollo de las edificaciones mutuas en las comunidades de matrimonio, también he tenido la oportunidad de estudiarlo en esta ocasión con Los cinco lenguajes del amor, para expresarle devoción sincera al cónyuge.

Me resulta muy gratificante ver cómo el doctor Chapman, en cada uno de sus escritos, hace gran incapié en estimularnos  a reconocer la evidente necesidad que existe de llenar el “tanque de amor” de nuestros pequeños, ya que aunque a muchos aún les cueste creer, ellos también tienen sus necesidades y, descubrir cuál es el lenguaje principal de amor de cada uno de ellos, terminará ayudando a esos pequeños a crecer con sus necesidades básicas satisfechas y se minimizarán las inclinaciones al desvío en sus vidas.

Y es que indiscutiblemente, todo lo que aprendamos y asumamos desde pequeños, marcará nuestro interés, preferencias, actitudes y manera de expresarnos por el resto de nuestras vidas. Si desde pequeños conocemos el amor condicional; ese que se basa en las expectativas, y en el que nos entrenan mediante regalos, recompensas o privilegios siempre que cumplamos dichas expectativas.

De esta manera vamos desarrollando un auto-concepto en el que tiene mucho peso lo que los demás piensen de nosotros y nos transmitan. Sin embargo, todos necesitamos amor incondicional, una aceptación sana y sin condiciones por encima de nuestro atractivo físico, nuestras capacidades, nuestras limitaciones, nuestros errores o nuestros aciertos.

El amor incondicional supone un respeto intrínseco de la persona, lo que no significa tolerar o apoyar cualquier acción o actitud, y contribuye al desarrollo de una autoestima saludable. Pero esto hay enseñarlo, cultivarlo y alimentarlo en nuestros pequeños sobre todo con nuestro ejemplo.

Aunque el amor es universal y es la fuerza que lo mueve todo, generalmente nuestro esquema de expresión de amor se forma durante la niñez y se vuelve parte de nuestra personalidad, por lo que de esta dependerá nuestra manera de expresarnos, de entendernos, de dar  y recibir nuestro amor de maneras diferentes. Así como en los idiomas, podemos hablar español, inglés, francés, japonés y otros, así también existen cinco “lenguajes” básicos para expresar amor.

Si hablamos en español probablemente un alemán o un francés no entienda lo que estamos diciendo. En el caso de los lenguajes del amor es similar, si hablamos lenguajes de amor diferentes con los demás, ellos no se sentirán amados por nosotros o no podremos recibir el amor de la manera que nos llenaría.

Y todo, porque como estos lenguajes varían, puede ser que tu hables un “idioma” pero tu pareja, tus padres, tus hermanos, tus amigos, los demás a quienes concedes amor, quizás no hablen tu mismo “idioma”.

Es por esto que las cinco maneras básicas en las que las personas, según el Dr. Chapman, expresan y reciben amor: es a través del contacto físico, del tiempo de calidad, del dar y recibir  regalos, de las palabras de afirmación y de los actos de servicio. Cada persona tiene uno o dos lenguajes con los que le resulta más cómodo expresar amor.

Pero siempre vamos a necesitar  que los demás también nos expresen amor en dicho lenguaje, y nos sentiremos frustrados si no lo conseguimos. Lo ideal sería dar y recibir amor en todos los lenguajes porque así nos comunicaríamos más fácilmente con un mayor número de personas.

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