Leo Dan sigue grabando tras
40 años en la música

Leo Dan sigue grabando tras <BR>40 años en la música

POR MANUEL EDUARDO SOTO
El cable nos trajo recientemente una muy buena noticia: el legendario cantautor argentino Leo Dan estaba lanzando un nuevo álbum en México, a más de 40 años de salir de su Santiago del Estero con una guitarra al hombro y una maleta llena de sueños.

Ya ha pasado mucha agua debajo del puente, y Leo es una de las figuras emblemáticas de la Nueva Ola argentina, la que nos trajo nombres inolvidables como Sandro, Favio, Palito Ortega, Yaco Monti y Piero, entre otros. Pero las sencillas y pegajosas canciones que hizo Leo con nombres de mujer –“Celia”, “Susana llámame”, “Mary Isabel”, “Fanny”, “Pero Raquel” y “Marisa”, por nombrar algunas– han perdurado con el tiempo y actualmente se siguen escuchando en las radioemisoras de América y España, no tan sólo en la voz de su autor, sino también en versiones de rock, salsa, merengue, reggae y otros ritmos.

Su nueva producción se titula “De regreso”, e incluye canciones clásicas de su repertorio con “Qué tiene la niña” y “Cómo te extraño, mi amor”.

Varias generaciones hemos crecido escuchando esas canciones simples que todos podíamos tararear sin mayores problemas y que a veces usábamos para enamorar, y tengo la fortuna de haber compartido en varias ocasiones personalmente con Leo en Miami—donde tiene su residencia—, en Washington y Nueva York (donde estamos en la foto que ilustra esta nota, cuando paseábamos por el Central Park a principios de la década del 80).

Un hombre tímido y hasta ingenuo fue el que vimos cuando nos encontramos por primera vez, ocasión en que hizo algunas presentaciones en un pequeño club colombiano Chibcha, de la barriada neoyorquina de Queens. Unos meses después, cuando yo vivía en Washington, le conseguí un contrato con un empresario local que lo presentó en un centro nocturno de la capital de Estados Unidos, donde no cabía un alma. Todos los presentes entonaban junto con él sus canciones famosas, lo que le llenaba de alegría. La velada resultó ser una especie de fiesta de amigos, con la diferencia que el que llevaba la voz cantante era una superestrella “artesanal” que en cuatro décadas ha grabado más de 2.000 canciones y ha vendido más de 70 millones de discos. Cifras nada despreciables.

En mi mente quedó perpetuada su interpretación de “Libre, solterito y sin nadie”, donde le pedía al público que lo acompañara en esa parte en que dice “_eh!”, después de señalar: “Y como yo estoy/ libre, solterito y sin nadie/ y usted está libre, solterita y sin nadie/ por qué no charlamos un momento, eh!/ para no sentirnos tan solos”. Todo el mundo terminaba riendo de buena gana porque no era fácil decir la palabra clave en el momento preciso.

Cuando fuimos entrando en confianza, Leo me confesó que tenía poderes de sanación, que tocando con sus manos la parte enferma del cuerpo de la persona ayudaba a que se curara rápidamente. Y no era broma. Aunque no tuve oportunidad de ver o comprobar personalmente los resultados de estos supuestos poderes, leí que en Santiago del Estero, la provincia donde nació Leopoldo Dante Tévez —su nombre verdadero— la gente hacía cola en su casa para que le ayudara a sanarse con sus manos.

Y al igual que Palito Ortega—quien llegó a ser gobernador de la provincia de Tucumán—, Leo también quiso una vez incursionar en la política, presentándose como candidato a la gobernación de Santiago del Estero. Pero la situación caótica que reinaba en su país tuvo repercusiones trágicas en la región y al final prefirió seguir componiendo y cantando en lugar de dirigir el gobierno de su terruño.

Llevando como equipaje sólo su guitarra, a los empresarios de América Latina y de los centros hispanoparlantes de Estados Unidos les resulta económico llevarlo para que actúe, lo que le ha permitido trabajar ininterrumpidamente desde su época de oro hasta ahora, cuando si bien no goza de la popularidad enorme que tuvo en los años 60, siempre tiene admiradores con buena memoria dispuestos a pagar por verlo. Eso es algo que no todos sus contemporáneos pueden decir.

*El autor es periodista chileno, de larga trayectoria internacional, desde hace poco residente en el país.

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