¡Leonardo sanz: El viaje hacia la luz de las estrellas! La mañana del pasado jueves 20 de julio, la muerte ha florecido súbitamente sus fatales lirios de dolor y desolación en el mundo artístico y cultural dominicano, substrayéndonos en fulminante destello la presencia física del admirado y respetado artista Leonardo Sanz (1971). El fallecimiento de este ser humano y artista excepcional, causado por un trágico accidente de tránsito en la Autovía del Este, nos entristece profundamente a todos porque saber de sus proyectos, sus avances, sus éxitos y su constante actividad creativa, era siempre motivo de alegría y grandes expectativas.

¡Leonardo sanz:  El viaje hacia la luz de las estrellas! La mañana del pasado jueves 20 de julio,  la muerte ha florecido súbitamente sus fatales lirios de dolor y desolación en el mundo artístico y cultural dominicano,  substrayéndonos en fulminante destello la presencia física del admirado y respetado artista Leonardo Sanz (1971). El fallecimiento de este ser humano y artista excepcional, causado por un trágico accidente de tránsito en la Autovía del Este, nos entristece profundamente a todos porque saber de sus proyectos, sus avances, sus éxitos y su constante actividad creativa, era siempre motivo de alegría y grandes expectativas.

En su corta trayectoria, Leonardo Sanz logró definir y materializar un universo visual personal y un conjunto de obras (pinturas y dibujos) que aseguran la inscripción de su nombre junto a los de un grupo de artistas desaparecidos prematuramente que devienen paradigmáticos en la historia del arte dominicano contemporáneo, tales como Rafael-Pipe-Faxas (1936-1963, Paul Giudicelli (1921-1965), José Ramírez Conde (1940-1987), Leo Núñez (1973-2001), Carlos Goico (1952-2009) y Ney Díaz Henríquez (1976-2015).
Intenso, tierno, inspirador, cálido y fraternal. Siempre lúdico, romántico y elegante. Dueño de una personalidad caracterizada por su exquisita sensibilidad poética y sus lúcidas búsquedas estéticas, intelectuales y humanísticas, desde su adolescencia, Leonardo Sanz hizo gala de un talento creativo excepcional, llegando a materializar sus visiones, ideas, sentimientos y percepciones más íntimas con definitiva genialidad a través de la pintura, el dibujo, el diseño, la instalación, el arte urbano y la artesanía.
En su práctica creadora, Leo Sanz llegó a reflexionar con asombrosa intensidad y óptimos resultados estéticos sobre los espejismos del deseo y los fértiles desiertos de la soledad; sobre el terror y la violencia globalizados que preceden el instante del vacío y la fiesta del Cyborg deslumbrado; sobre las señales energéticas de Gaia, el Cosmos y lo multidimensional, así como sobre una particular política del amor, la expectativa vital y la fraternidad a través del arte.
Respetado y celebrado por toda una legión de coleccionistas, estudiosos, amigos y admiradores que seguían puntualmente sus obras, sus exposiciones y sus merecidos reconocimientos. En esta legión destacan especialmente los coleccionistas Fernando Báez Guerrero y Mario Martínez Fernández; los galeristas Juan José Mesa y Soraya Medina de Spitaleri; Purísima de León, directora del Centro Cultural Mirador y el reconocido crítico de arte Abil Peralta Agüero, curador y museógrafo de la impactante y significativa exposición “Mundo Lesanz: Taíno del futuro”, presentada por el Centro Cultural Mirador en septiembre del 2015.
En el ensayo curatorial de dicha muestra, titulado “Reinvención de la fantasía en el mundo pictórico de Leonardo Sanz”, Peralta Agüero observaba justamente: “En la última década, Sanz ha presentado credenciales como un artista armado con los artefactos con los que se hace la guerra en favor de la humanidad, proponiendo discursos iconográficos cargados de grafismo y de una cromaticidad seductora, envolvente, mágica y eléctrica; desde la que nos ofrenda, como en aparente contradicción teológica, la doctrina de la existencia eterna y la transitoriedad de la presencia del ser humano en la tierra. Para ello apela a recursos simbólicos cósmicos y los cruza con elementos civilizatorios como un simple bombillo encendido, como recordándonos que si finalmente se apaga seremos maldecidos por la oscuridad y el ostracismo”…
En efecto, durante la última década, Leonardo Sanz se establece como un renovador y auténtico exponente del arte dominicano contemporáneo. Como un artista de personalidad original y valores espirituales ejemplares. Consagrado a su oficio de taller. La producción que ha dejado tiene la suficiente calidad y el potencial de trascendencia como para que su legado, su personalidad y su ejemplo, iluminen las presentes y futuras generaciones; para que su presencia vital, fructífera y cristalina, prevalezca eternamente y más allá del tiempo y el espacio.

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