Leonel da señales confusas

Leonel da señales confusas

El doctor Leonel Fernández se ha convertido con el paso del tiempo en un estadista enigmático y hermético.

Usa el suspenso como arma política, y con frecuencia deja interrogantes que mantienen en vilo a sus seguidores y a la opinión pública nacional.

De manera sorpresiva destituye del IAD al ingeniero Héctor Rodríguez Pimentel, principal promotor de la reelección dentro de las atomizadas fuerzas del reformismo balaguerista.

Con esa decisión da la impresión de que no va.

Sin embargo, después de mantener congelados durante varios días los decretos que eran una especie de secreto a voces, designa a Freddy Pérez, sindicado como el propiciador de las vallas que promueven en gran parte del país la repostulación del primer mandatario de la nación.

En ese mismo tenor vuelve atrás y degrada en términos de puesto en la administración pública a José Francisco Peña Guaba, a nuestro juicio el aliado que pagó el precio más alto de su adhesión, pues para nadie es un secreto que es nada más y nada menos que el hijo mayor del insigne líder perredeísta, doctor José Francisco Peña Gómez, adversario histórico del PLD.

 Peña Guaba merece otro trato.

Estas son aparentemente señales confusas de un gigante de la política como el doctor Leonel Fernández, que ha superado con creces en capacidad, destreza y habilidad a todos sus opositores y que ya se puede afirmar pasará a la historia como uno de los gobernantes más exitosos y dichosos.

Leonel tiene que definirse y pronto porque él sigue siendo el mejor activo del PLD y su definición le hará más daño que bien a los propósitos de esa organización de mantenerse en el poder.

Si se quiere casar con la gloria que lo haga, pero si decide aplicar la tesis de que en política, como dice el patriarca Euclides Gutiérrez Félix, se hace lo que conviene, que se la juegue.

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