“Leonel, Danilo y el PLD”

“Leonel, Danilo y el PLD”

Las divergencias históricas por el liderazgo político y el ejercicio del poder en la República Dominicana, comienzan desde la misma noche del 27 de febrero de 1844 con los independentistas que dieron origen al nacimiento de la nación. Las cuales quedaron evidenciadas en forma inequívoca, con la inclusión forzosa en nuestra primera Constitución del famoso artículo 210, votado a imagen y semejanza del funesto Pedro Santana Familias.Desde entonces, esas discrepancias han gravitado en toda nuestra historia hasta llegar a nuestros días.Toda vez, que la práctica política dominicana en esencia, no es otra cosa que la búsqueda del poder y, la prolongación y conservación; de ese mismo poder. Cuya única diferencia actual, es la utilización de las herramientas que el marketing político ha puesto en el escenario.

El ex Presidente Leonel Fernández
El día que se realice un ejercicio inmaculado de reconstrucción de la historia, elucubrando sin el tinte partidario; ni con las pasiones desmedidas que la política genera. Indefectiblemente, habrá que llenar muchas páginas resaltando los aportes y el legado del Dr. Fernández. Toda vez, que es con la ascensión a la presidencia de Leonel, que el PLD entendió que las reformas sociales ya no dependían del discurso Estoico,ni de las doctrinas de Marx y Engels y,en consecuencia, que los tiempos modernos y el mismo ciudadano demandaban otras cosas.Y comienza un proceso de institucionalización y reformas de todo el sistema económico, político, judicial y social, cuyas antiquísimas prácticas estaban matizadas por los buscones, tributarios, amiguismos y los privilegios de personalidades. Además, la integración y participación de la República Dominicana en los organismos y foros internacionales, en esta era de la globalización y la post-modernidad.

El Presidente Danilo Medina

Nadie puede negar que cuando se tiene el poder, sobre todo; en un país subdesarrollado y con atrofia intelectual como el nuestro. El solo título de presidente, genera una lluvia de excelsas virtudes y desmedidas e innecesarias lisonjearías. Al mismo tiempo; animadversiones y muchas veces un bombardeo feroz de detractacciones. Sin embargo, al margen de todo eso, habría que estar viviendo en el planeta Saturno, para dejar de reconocer la obra que viene desarrollando el presidente Medina. En ese sentido, Danilo, desde que subió las escalinatas del palacio en el 2012 comprendió, que el modelo político y exitoso del liderazgo basado en la persuasión Ciceroniana, que encabezaron Balaguer, Bosch, Peña y hasta el propio Leonel, había cumplido su papel histórico.

Desde esa perspectiva, Danilo, comenzó a desarrollar un ejercicio político y gubernamental fundamentado en el antropocentrismo de las políticas públicas, colocando la figura del presidente accesible al pueblo llano. Elementos que le convirtieron en las pasadas elecciones del 2016 en el activo político en términos cuantitativos; más exitoso de toda la historia dominicana. Los mismos, que en la actualidad; lo tienen como el principal activo político del país. Sin embargo, paradójicamente, son esas obras y ese exuberante y ubérrimo liderazgo,del que tanto Leonel,como Danilo son acreedores, lo que tiene sumergido a la cúpula, a las bases PLD y al país, en esta incertidumbre partidaria y, en un sombrío escenario para el futuro del país, gracias a las apetencias muchas veces desmedidas, de los seguidores de ambos. Los cuales han creado quizás, hasta sin querer, en la psicología del ciudadano la idea,de que el partido entero; tiene el “Síndrome del Hybris”.

El Partido de la Liberación Dominicana

Los politólogos estadounidenses Weiner y La Palombara, establecieron en 1966 que, uno de los elementos constitutivos de un partido político moderno es, que el mismo pueda trascender la figura de sus líderes.Sin embargo, en el PLD está sucediendo todo lo contrario.Se renunció a la fisionomía social, y se está tirando a la basura el eclecticismo pragmático y conceptual que convirtió al PLD en el instrumento político más exitoso y poderoso de toda nuestra historia. Que son, “diversidad de criterios con un objetivo en común y en política se hace lo que conviene”. Muy por el contrario, ahora pululan las hostilidades, el desasosiego, la irracionalidad, y algunas veces; hasta apetencias desmedidas. Con el gravante, de que se ha olvidado que ya el partido no es solo de los peledeístas sino; un instrumento ecuménico del pueblo dominicano.

En ese sentido, en este momento en el que las aguas se encuentran animadas por grandes olas, gracias a corrientes disimiles, alimentadas por las pasiones, la falta de una relación horizontal y necesaria entre gobierno y partido y, por la inercia y apoyo de la gran mayoría de los demás miembros del comité político, quienes son los que tienen que tomar el control de dicha situación y, hacerles entender a Danilo y Leonel, que el principal problema del partido no es si gana las próximas elecciones, ni quien encabeza la boleta. ¡Es que no puede perder!. Además, desde ya, el CP debe ir tomando conciencia y hacer una introspección interna y una retrospección histórica, porque es mucho más saludable para el PLD y el propio país, imponer como candidato del 2020 a otro miembro del CP; antes que germinen en el partido los famosos Harakiris electorales del PRD.

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