Leonel: de dirigente a líder

<p>Leonel: de dirigente a líder</p>

FERNANDO REYES CASTRO
La condición de dirigente de una organización política está profundamente relacionada con la legalidad que dan sus disposiciones estatutarias y al procedimiento formal de la designación. El compañero Leonel, después de hacer vida orgánica como dirigente medio por mucho tiempo, se convirtió en dirigente nacional del Partido de la Liberación Dominicana en el año 1985 cuando, sometido al procedimiento formal de elección definido en los estatutos del PLD, es elegido miembro de su Comité Central. Cinco años más tarde en 1990, después de ser reelecto como miembro del CC, es ascendido a miembro del Comité Político del partido, tras lo cual se afianza en su condición de dirigente nacional.

Su trayectoria de dirigente nacional a líder del PLD, comienza en el año 1994 cuando por sus méritos políticos y personales es seleccionado por el líder histórico del partido, compañero Don Juan Bosch, como candidato a la Vicepresidencia de la República, para las elecciones de ese año. En 1996, con la votación de una abrumadora mayoría de las bases del partido, es escogido candidato a la Presidencia de la República logrando llegar a la Primera Magistratura del Estado, enfrentando en esa ocasión a un líder de la talla del doctor José Francisco Peña Gómez.

En el ejercicio del poder en el período 1996-2000, Leonel fortalece su liderazgo alcanzando la condición de estadista. Siguiendo el ejemplo de los grandes líderes que han trascendido, fundamenta sus acciones desde el gobierno en una causa digna, que ejecuta en toda su dimensión, el desarrollo individual de los dominicanos y las dominicanas, y en fortalecimiento de la institucionalidad democrática del país; los logros de esa administración están ahí y se ven más aún después de la desastrosa gestión de gobierno perredeísta.

En enero del año 2002, el liderazgo de Leonel que ya había sido legitimado por el pueblo dominicano, por el ejemplo que predicó desde el ejercicio gubernamental, es refrendado con su elección como presidente del Partido de la Liberación Dominicana con el voto del 99.3% de la militancia peledeísta.

Con la conducción política del liderazgo de Leonel, el PLD aglutina las fuerzas políticas más comprometidas con el futuro del país y retoma el poder en las elecciones nacionales del año 2004, con una contundente victoria electoral. De todos es conocido que la nueva gestión de gobierno del PLD y sus aliados, con Leonel a la cabeza, ha logrado sortear la peor crisis económica por la que ha atravesado el pueblo dominicano en los últimos años.

En el año 2005 después de llevar nueva vez el partido al gobierno, durante el desarrollo VII Congreso Ordinario Dr. Rafael Kasse Acta, con el 98.03% del voto universal de la militancia peledeísta Leonel es reconfirmado como presidente y líder del PLD.

Convencido que el Partido de la Liberación Dominicana necesitaba, en el Congreso Nacional, “construir una mayoría que se comprometa con la democracia, con el progreso, la modernización y con el bienestar social”, con el arraigo y la fortaleza de su liderazgo, en las elecciones de este año Leonel se lanzó a las calles y recorrió toda la geografía nacional apoyando los candidatos del PLD y del Bloque Progresista al Congreso y los municipios logrando, una vez más, conducir el partido a una convincente victoria electoral, que lo reafirma como la fuerza política del país de mayor apoyo popular.

De cara a las próximas elecciones, todo parece indicar que los peledeístas contamos con dos importantes precandidatos a la Presidencia de la República. De un lado el compañero Danilo, el estratega por excelencia, un trabajador incansable por los mejores intereses del partido y del país, al que su perfil lo describe como un organizador, un dirigente nacional de valía cuyo liderazgo está en construcción.

Por otro lado, el compañero Leonel cuya legitimidad como líder está sustentada en la voluntad de las grandes mayorías del pueblo dominicano y de la militancia peledeísta, expresada tal como acabamos de ver en muy diversos procesos de nuestra historia reciente. Leonel cuenta con un carisma a nivel nacional e internacional, ganado por su capacidad y comportamiento personal, intransferible.

La posibilidad de una repostulación de Leonel en las elecciones presidenciales del 2008 es inobjetable. No existiendo disposiciones legales ni dentro y ni fuera del Partido de la Liberación Dominicana que lo impidan. Al cuestionarse su repostulación se está cuestionando la legitimidad del liderazgo de un dirigente político que se ganó su condición de líder. Más aún, lo que se objeta es la posibilidad de fortalecer el avance de un proyecto de Nación bien estructurado, vapuleado por el Partido Revolucionario Dominicano en sus cuatro años de gestión, que necesita para consolidarse más de cuatro años de gobierno.

A pesar de que Danilo es un valioso dirigente nacional, con sobrados méritos y con pleno derecho a postularse como precandidato del PLD a la Presidencia de la República, no podemos soslayar que Leonel es un líder de dimensión continental, Presidente de la República y presidente del Partido de la Liberación Dominicana; condiciones éstas que lo hacen un formidable peso completo en la arena política nacional.

La repostulación limitada a cuatro años más, tal como lo establece nuestra Carta Magna, sería sabia considerando la necesidad que tiene el país de terminar de salir de la crisis económica en la que nos sumió el PRD. Leonel no es sólo una reserva política del pueblo y del partido, está sobradamente demostrado que es un jugador activo, exitoso e invicto en la arena electoral dominicana y con él garantizamos que sigan siendo tiempos de progreso, de paz y bienestar social en el país.

Mientras tanto, compañeros y compañeras peledeístas, no detengamos ni descuidemos nuestras labores de Estado, vamos por buen camino. Compitamos en buena lid en una campaña interna que fortalezca la institucionalidad y la unidad del partido con el juego libre de las ideas, de las propuestas.

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