Leonel, el compromiso ineludible es con el país

Leonel, el compromiso ineludible es con el país

Lo más sano de la sociedad dominicana, que en honor a la verdad es ese pueblo llano y sencillo, se llenaría de júbilo y justo orgullo, y por demás le estaría eternamente agradecido al entrante presidente Leonel Fernández si éste proclama en su discurso inaugural ante la Asamblea Nacional que su mayor compromiso a partir de ese momento es con el país y por el país.

En medio de la situación que vive República Dominicana, las nuevas autoridades deberán tener muy pendiente que el país está primero que todo, sin distingo de clases ni banderías políticas. Las autoridades que escoja el nuevo gobernante tendrán que tomar en cuenta que sus primeras disposiciones deben estar dirigidas a favorecer a la ciudadanía en sentido general.

No es que necesariamente Fernández tenga que hacer acopio de lo que dijo Joaquín Balaguer cuando reasumió las riendas del poder el 16 de agosto de 1986. En esa ocasión, el veterano estadista dijo que a partir de ese momento no tenía compromisos con nadie en absoluto, solo con lo que él considerara beneficioso para el pueblo dominicano. Desde el momento en que él fue proclamado ganador de las elecciones, había mucha de su gente, dentro y fuera de su círculo exclusivo, que se estaba frotando las manos.

Pero los estilos son formas distintas de pensar y de actuar, y más si se trata de asuntos vinculados a la política. La dirigencia y militancia peledeísta, a pocas semanas de convertirse el PLD en el partido oficial, deben entender que el país pertenece a todos los dominicanos y no a grupos específicos.

Además, que fue el pueblo con una mayoría abrumadora que contribuyó al triunfo arrollador del candidato Leonel Fernández frente a sus contrincantes.

Sin importar que algunos analistas se nos hayan adelantado en estas ideas, debemos señalar que el gobierno que asumirá a partir del 16 de agosto debe tener en su agenda que la población espera medidas que vayan en beneficio de sus ya maltrechos presupuestos.

)Cómo se hará? Bueno. Leonel Fernández y el equipo que lo acompañará en su gestión no tienen la varita mágica para provocar una reducción significativa en los precios de la comida, ni a través de decretos, pero mucho menos mediante algún proyecto de ley, con un Congreso Nacional controlado por un PRD que pasará ahora a la oposición.

Pero las autoridades que nos gobernarán a partir del 16 de agosto desde ya tienen que haber discutido alguna forma con tal de llevar aliento a la población de que no seguirá comprando arroz a 23 pesos la libra, pollo a $43, carne de res a $70, aceite comestible a más de $325 el galón, gasolina a $116, etc, etc.

Para nadie es un secreto que esa avalancha de votos que dio el triunfo a Leonel en primera vuelta está compuesta en su inmensa mayoría (más de 2 millones de personas) por gente que sufre en carne propia los rigores de la inflación en todos los aspectos, y que espera que las nuevas autoridades adopten medidas que tiendan a favorecer la maltrecha economía popular.

La drástica reducción del poder adquisitivo de los consumidores, lo que va estrechamente ligado a la carestía experimentada en la tasa de cambio del dólar, ha empobrecido de manera gradual a los dominicanos, y prácticamente ha provocado el colapso de la otrora privilegiada clase media, si es que de algún privilegio gozaba esta.

Es harto conocido que los precios no solo se han disparado en lo que se refiere a supermercados, los combustibles, sino que los restantes servicios como energía eléctrica, teléfonos, transporte, agua y otros se han elevado hasta niveles intolerables.

República Dominicana necesita que su población tenga plena confianza en sus autoridades, que a la hora de aplicar medidas impopulares, como de seguro lo serán las reformas económicas sugeridas por el Fondo Monetario Internacional, se explique a la ciudadanía con lujo de detalles por qué se está haciendo eso, y las implicaciones que estas tendrán para las grandes mayorías nacionales.

El presidente electo Leonel Fernández, que va al poder teniendo ya experiencia de Estado, debe tener bien definido en su agenda particular que el pueblo dominicano espera medidas justas y que vayan en beneficio de toda la colectividad nacional.

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