El presidente Leonel Fernández Reyna ha sido un buen gobernante durante los últimos dos períodos en que le ha tocado dirigir los destinos  nacionales, y en el plano internacional, como estadista, ha brillado a todo lo alto.

Sus dos mandatos constitucionales se han caracterizado por la estabilidad y el crecimiento económico, mientras en el aspecto institucional ha realizado las mayores reformas del país, incluyendo la prohibición de la reelección consecutiva.

Leonel Fernández retornó al poder en el 2004 en medio de la peor crisis financiera de la nación y en poco tiempo logró el milagro de la recuperación económica, lo que constituye una hazaña que en términos históricos lo consagra como un líder político de excepción.

A pesar de concentrar más poderes por la vía democrática que el caudillo y autócrata ilustrado Dr. Joaquín Balaguer, como atinadamente ha sostenido el Lic. Hatuey Decamps, el presidente Leonel Fernández ha sido un Jefe de Estado tolerante, ha mantenido la humildad y la sencillez, respetando siempre los derechos de los demás.

Ciertamente, Leonel tiene la satisfacción del deber cumplido, como afirmara en una entrevista a la Cadena Univisión, y los sectores más sensatos de la nación le reconocen sus grandes aportes al desarrollo en todas las vertientes y su extraordinaria visión política y social.

La impronta gubernamental de Leonel Fernández Reyna, su legado y gigantesca dimensión política le augura en el porvenir mayores logros, reconocimiento y admiración del pueblo.