Leonel: el que nunca aspiró

Leonel: el que nunca aspiró

Mi amigo Rafael Reyes Jerez publicó recientemente en HOY un interesante artículo con el título “Leonel: el que supo esperar”, el cual refleja el merecido aprecio que siente por el villajuanero más exitoso de todos los tiempos.

El artículo, sin embargo, presenta algunas inexactitudes que debemos aclarar. Y, que conste, no pretendo con esto encender la llama de la polémica.

En primer lugar, aunque sé que Reyes Jerez no se lo propuso, en ese trabajo ronda un aire de cierta arrogancia. Dice, por ejemplo, que Leonel le dijo en 1996, cuando subió al poder por primera vez, “que sólo necesitaba un año para dominar los vericuetos de la política y de la forma de gobernar que había soñado… También, Leonel habría afirmado: “Me siento –dijo- como el padre de todos los ciudadanos.”

Y, todavía, más adelante Reyes Jerez afirma: “En una oportunidad, cuando las condiciones físicas de Bosch comenzaban a diezmarse pero insistía en volver a ser el candidato de su partido, Leonel le dijo en una reunión en la que se trató esa posibilidad: “No, profesor, ahora voy yo”.

Todas estas expresiones no parecen reflejar el carácter humilde y sencillo que ha exhibido el Dr. Leonel Fernández en todos los actos de su vida. Carácter este que le ha ganado los adeptos necesarios para ser electo presidente por tres ocasiones.

Creo que, sin proponérselo, al muy distinguido amigo Reyes Jerez le ha fallado la memoria.

Y pienso así, porque en otros aspectos incurre, creo que involuntariamente, en algunas inexactitudes, como aquella de decir que Leonel “heredó la profesión de abogado” de Jimmy Sierra, pues como se sabe las profesiones no se heredan.

También, en referir a modo de anécdota que varios amigos que “regresaban como a las 3 de la mañana  a sus casas” cuando “pasaban frente a la vivienda de  Leonel el sector estaba en medio de un apagón y en la casa se observaba la puerta de la sala abierta y una tenue luz de lámpara y una mecedora que se jamaqueaba” y uno de ellos dijo “mira a este p……”, perdiendo el tiempo con los libritos mientras nosotros venimos de doblar el codo y gozar el tiempo con las muchachotas…”

Creo, a ciencia cierta, que a Reyes Jerez se le olvidó que, en los Doce años de Balaguer, a nadie se le ocurriría, en medio de un apagón, tener la puerta de su casa abierta y estar leyendo un libro.

Ese error no es menos evidente que aquel que cuenta la historia de cómo Leonel se interesó por la política. Esa anécdota la ha contado el propio Leonel más de mil veces y está bien aclarada en el libro del señor Marcelino Ozuna “Leonel: una biografía”.

Por eso, resulte extraño que Reyes Jerez afirme que fue en una conversación con “Leo, Chiqui, y José, se acercó Leonel y fue testigo  de un diálogo que sosteníamos sobre el líder inglés  Winston Churchill. Eso lo impactó de tal forma que lo hizo meterse en la política, algo que nos atribuye”. Es decir, que según el amigo Reyes Jerez Leonel fue él y no el teórico Jimmy Sierra, quien lo metió a la política. Y el punto de partida no fue Lenin, sino Winston Churchill.

La memoria de Reyes Jerez está fallando tanto que, al hablar de un programa que hicieron Jimmy Sierra, José Rafal Sosa y él, dice que Leonel hizo el papel de “ el chino chalango”, que quiele el chinito”. Olvida él que “Chalango” es el apodo con que todos conocemos al amigo Américo Guzmán.

Pero, las fallas de la memoria de Reyes Jerez no terminan ahí, él dice que “El ingeniero Diandino Peña le había sugerido a Leonel que fuera él, el  candidato a la presidencia, a lo que este respondió: “cómo, yo, un muchacho de Villa Juana y sin dinero”. Diandino le dijo que eso no es problema, que  los fondos aparecerán” y abrió sus recursos y sus relaciones”. El olvidó que Leonel era miembro del Partido de la Liberación desde el mismo momento de su fundación y que fue este partido, en un congreso nacional, el que escogió a Leonel como candidato, primero a la vicepresidencia y después a la presidencia de la República.

Además, en el artículo comentado se nos dice que Leonel “se pasaba hasta  un mes tras de Bosch, tratando de lograr una entrevista”. Olvida Reyes Jerez que Leonel era miembro del comité central del PLD y Bosch el presidente de ese partido, por lo tenían que verse semanalmente en las reuniones de ese organismo.

Y, por último, esto: no creo que Leonel estuvo “como Balaguer, cuando Trujillo, estuvo esperando debajo del árbol hasta que el fruto cayera”. Y el fruto cayó y Leonel se metió en el bolsillo pequeño del pantalón   a todo el país”. Porque todo el que conoció a Leonel en aquellos años sabe que él nunca aspiró, soñó o luchó por ser presidente de la República. Ni él ni ninguno de los que hicieron política en esa famosa esquina. Lo que pasó en el PLD, y todo el mundo lo sabe, es que después de pasarse más de veinte años en esa organización sin aspirar a un cargo a Leonel lo llamaron para una misión y él respondió. Y la cumplió. Y, también esto: nunca Leonel se sentiría bien “echándose en un bolsillo” al pueblo dominicano. Por el contrario, todo el que le conoce sabe perfectamente que, a base de humildad, sencillez y carisma, el doctor Leonel Fernández se ha echado al pueblo dominicano, no en un bolsillo, sino en el espacio más grande de su corazón.

En síntesis

Humildad, sencillez y carisma

A juicio del autor, el éxito del doctor Leonel Fernández en la política ha sido construido  a base de humildad, sencillez y carisma. “Su carácter le ha ganado los adeptos necesarios para se electo presidente por tres ocasiones” lo que no querría decir que se “ha metido al pueblo en el bolsillo, sino en el espacio más grande de su corazón”.

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