POR SANTIAGO GONZALEZ
SANTIAGO RODRIGUEZ.- El presidente Leonel Fernández advirtió ayer a los funcionarios del gobierno que no echen en «saco roto» las promesas que hagan en las comunidades que visita, porque él está inmerso en la tarea de establecer pactos sociales para el desarrollo comunitario.

Aseguró que es un compromiso de honor sujeto a verificación que el funcionario que menos cumpla compromete su responsabilidad ante el gobierno y frente a los ciudadanos.

«Lo que quiero es iniciar una nueva relación de gobierno con las distintas comunidades. Lo que quiero es iniciar una etapa en que podamos establecer pactos sociales para el desarrollo de las comunidades y el compromiso con la presencia de ellos, que con su presencia digan que lo que aquí se diga no se queda como palabra que se la lleva el viento o como promesas que se pierden en saco roto», dijo Fernández.

El gobernante manifestó que se sentía orgulloso de los planteamientos hechos por ciudadanos de las comunidades fronterizas, que exigen mejores condiciones de vida.

Fernández habló ante cientos de personas de esta localidad y Mao, a quienes reunió en sus denominadas Audiencias Populares.

En cada uno de sus encuentros Fernández estuvo acompañado de un nutrido grupos de funcionarios, quienes escucharon atentos su advertencia para que no dejen de cumplir los compromisos que asumía durante el recorrido de fin de semana y durante el que le hicieron peticiones diversas que el ejecutivo prometió reiteradamente que cumpliría solo con las que podía comprometerse.

El mandatario reiteró las limitaciones económicas que tiene el gobierno y las restricciones a que está obligado ante la firma reciente de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Ese tema lo había expuesto el viernes en su recorrido por las provincias de la Línea Noroeste, donde además de escuchar a la gente juramentó los consejos de desarrollo provincial de las cuatro provincias noroestanas.

El presidente dijo, además, que mientras en otros países lo que hay son problemas de inestabilidad política, gobernabilidad y falta de confianza ante los gobiernos, en el nuestro, con su ejercicio de democracia directa e involucramiento de la ciudadanía en la identificación y solución de los problemas, se da una majestuosa cátedra de democracia participativa.

En Valverde, el Presidente dijo que ha aprendido, como consecuencia de las lecciones derivadas de los procesos políticos en República Dominicana y América Latina, que el progreso de los pueblos descansa en la capacidad de crear instituciones para el diseño de los planes de desarrollo.

DEMANDAS

En Santiago Rodríguez el sacerdote Ricardo Santos le pidió al presidente Fernández detener el trafico de madera por esa zona, porque los camiones cargados siguen pasando frente a las autoridades, práctica que según dijo se había detenido en los primeros meses del presente gobierno.

Mientras el sacerdote hacía la denuncia, el público gesticulaba respaldando la denuncia. Santos definió a su pueblo como de gente buena.

«Quiero decir delante de usted señor presidente que durante los primeros meses de su gobierno disminuyó el trasiego de madera y con ello la deforestación, pero ya han vuelto a pasar frente a nuestros ojos los benditos camiones cargados de madera, lo que nos dice que la práctica no ha terminado, afectando nuestros ríos», expresó el dignatario católico.

Pidió que se haga un plan de manejo forestal racional y se pase a los pobladores de las zonas madereras para que los recursos se queden allí.

La profesora Olga Mejía Lecler, en sillas de ruedas y hablando en representación de los profesores y la comunidad, dijo al mandatario que como él no da boches, se atrevía a pedirle que hiciese llegar allí el programa gubernamental «Comer es Primero». Su apoyo para la ley 28-01 sobre incentivo fronterizo, la creación de puestos fijos del INESPRE y un centro de rehabilitación para su pueblo.

Los representantes del sector productor de casabe explicaron las necesidades de que la industria se reactive porque se encuentra en apuros. Paulino Peralta dijo que es penosa la situación del sector debido más de 4,700 familias que viven de esa actividad no tienen recursos para seguir produciendo.