Leonel Fernández De una crisis a otra 

Leonel Fernández De una crisis a otra 

El presidente Leonel Fernández inició ayer su tercer período de gobierno en condiciones similares a las del segundo, es decir, en medio de una crisis económica, que amenaza con empobrecer aún más a la clase media y  a los sectores menos favorecidos.

A diferencia de la crisis económica de 2004, cuando Fernández tomó el relevo de manos del perredeísta Hipólito Mejía, en esta ocasión la crisis es principalmente generada por factores externos, y los indicadores no presentan números tan alarmantemente negativos como en aquella ocasión.

En el tercer trimestre de 2004, cuando la toma de posesión del presidente Fernández, los indicadores económicos eran bastante negativos, aunque registraban una  tendencia a mejorar que se aceleró con la llegada del nuevo gobierno, el inicio de las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional, y la mejoría que esto trajo en la confianza de los operadores económicos locales y extranjeros.

A principios de 2004 el Producto Interno Bruto registraba un resultado negativo de -0.1%, pero a septiembre se situaba en 1.4% y finalizó el año con un crecimiento del 2%.

En cuanto a la inflación, a enero del 2004 se situaba en un 62.3%, que pasó al tercer trimestre de ese año, al momento del cambio de mando, en 47.9%, y al finalizar diciembre, cerró el año en 28.7 por ciento.

A partir de entonces, y con el soporte del acuerdo stand by con el Fondo Monetario Internacional, que obligó a disciplinar la economía, los indicadores fueron mejorando en forma rápida, de manera que al siguiente año la inflación se colocó en un dígito, el PIB creció más del 5 por ciento, crecieron las reservas internacionales, la tasa de cambio bajó y se estabilizó cerca del 30 por uno, los intereses bancarios comenzaron a bajar,  y las estadísticas del sector externo cerraron con números positivos.

Varias reformas fiscales y la adopción de una serie de resoluciones y mecanismos que han reducido significativamente la evasión, mejoraron notablemente los ingresos del Estado.

En donde estamos.  La estabilildad económica con crecimiento y control de la inflación lograda durante todo el período del gobierno del PLD encabezado por Fernández, comenzó a confrontar dificultades cuando el precio del petróleo comenzó a subir sin control el pasado año.

Esto, unido a la crisis inmobiliaria y financiera de los Estados Unidos, el incremento en los precios de los insumos y de los alimentos a nivel mundial, comenzó a dejarse sentir en la economía dominicana.

A estas circunstancias se unió el hecho de que coincidieran el fin del acuerdo con el FMI, y por tanto la supervisión y control del organismo, con la campaña electoral en la cual el doctor Fernández logró reelegirse.

El deterioro de la situación se verifica fundamentalmente en los elevados índices de inflación, que según el Banco Central a julio acumulaba más del 9.3%.

Si bien el Banco Central no ha dado a conocer los resultados de la economía en el segundo trimestre del año, es conocido que las reservas internacionales bajaron, puesto que se han utilizado para estabilizar la tasa de cambio, junto a las medidas restrictivas, tales como el alza en las tasas de interés.

Ya para el primer trimestre los indicadores del sector externo eran poco halagadores, y verificaban un déficit que, de acuerdo a todos los cálculos habrá crecido mucho más para fin de año, a pesar del crecimiento de la inversión extranjera y de las exportaciones.

Los retos
En un discurso reciente, el presidente Fernández  anunció una serie de medidas encaminadas a enfrentar el choque externo, que amenaza con disparar el déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos, por encima de los US$5 mil millones. Entre otras medidas el presidente anunció la focalización de los subsidios al gas, la electricidad y los alimentos, reducción de los gastos públicos mediante varias vías, incluyendo la congelación de la nómina y reducción en los salarios elevados y la paralización de las obras que no están muy avanzadas en su construcción.

Sin embargo, el mayor reto del presidente es el de mantener los niveles de confianza que permitan que se mantenga el crecimiento de la inversión, como  mejor mecanismo para garantizar la estabilidad.

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