Leonel Fernández, el presidente

Leonel Fernández, el presidente

En un acto solemne, la Junta Central Electoral entregó ayer los certificados de elección correspondientes a los candidatos presidencial y vicepresidencial ganadores del certamen comicial celebrado el pasado 16 de mayo.

Los doctores Leonel Fernández Reyna y Rafael Alburquerque serán los nuevos presidente y vicepresidente de la República a partir del próximo 16 de agosto.

El nuevo gobierno de Leonel Fernández nace con un respaldo abrumador del pueblo dominicano, que se expresa como un reconocimiento a su gestión gubernativa del período 1996-2000, y como un rechazo a la administración de Hipólito Mejía que buscaba obtener el respaldo popular para un nuevo mandato.

Leonel Fernández ha recibido a su favor del 57.11% de los votos emitidos por el pueblo dominicano en la justa cívica del 16 de mayo.

Una votación sin precedentes en los últimos cuarenta años.

Solamente el profesor Juan Bosch, en las elecciones celebradas en 1962 ha podido obtener un porcentaje superior al logrado esta vez por Leonel Fernández Reyna.

En las elecciones de 1962, celebradas apenas un año y medio después de la desaparición física de Trujillo, el profesor Juan Bosch obtuvo 628 mil votos, equivalentes al 59.5% del total de los sufragios, cuando el voto trujillista se volcó contra las prédicas de la Unión Cívica Nacional, y optó por apoyar el mensaje conciliador de borrón y cuenta nueva que enarbolaba el Prof. Bosch.

Tras la guerra de abril, el Dr. Joaquín Balaguer obtuvo 760 mil votos, equivalentes al 56.5% de los votos emitidos en las elecciones del 1 de junio de 1966, cuando ese mismo voto conservador se volcó esta vez contra los riesgos de violencia e inestabilidad que podía representar para el país el retorno al poder del profesor Bosch.

Y en 1978, don Antonio Guzmán obtuvo el 52.4% de los votos, cuando el desgaste del régimen de doce años de Balaguer hizo que el voto mayoritario se expresara a favor de un cambio.

Salvador Jorge Blanco, en cambio, apenas obtuvo el 46.7% de los votos en las elecciones generales de 1982.

Puede señalarse entonces, como un fenómeno sociológico, el hecho de que en las elecciones en que el candidato ganador ha obtenido la mayoría absoluta de los votos, ello se ha debido a que la población ha votado en contra del otro candidato. Así sucedió en las elecciones del 1962, de 1966 y de 1978.

Ahora ese fenómeno cambió. La mayoría absoluta de un 57.1% obtenida por Leonel Fernández, no se expresó únicamente como un rechazo a Hipólito Mejía, sino también como un reconocimiento al buen gobierno de Leonel Fernández. Una aceptación del mensaje de que: «Con él, estábamos mejor».

Hipólito Mejía ganó las elecciones del 2000 por una conjunción de factores favorables. En primer lugar por el hecho de que en las masas populares estaban ya maduras las condiciones psicológicas para un retorno al poder del Partido Revolucionario Dominicano. En segundo lugar, porque el candidato del partido oficial careció de impacto carismático, no obstante sus sobresalientes condiciones personales.

Y en tercer lugar, pero sobre todo, por la imagen de Hipólito Mejía que impactó en la sicología popular idealizándolo como un hombre abierto, franco y campechano. Con una personalidad cálida y atractiva. Con un humor y un optimismo contagiante. Un buen amigo. Un hombre sencillo del campo, con todas las cualidades innatas que adornan al hombre rural dominicano, entre las que sobresalen ser un hombre honrado, trabajador y de palabra. En fin, un hombre sin rebuscamientos. Un presidente atípico.

En el ejercicio del poder, Hipólito Mejía traicionó esa imagen prístina y se convirtió en un hombre maleducado y vulgar, autoritario y buscapleitos, burlando con creces su manido estribillo de que él era un hombre de palabra.

Y ese malestar se sumó a la más grande crisis económica propiciada por la incapacidad manifiesta de su gobierno.

Y entonces sucumbió bajo la avalancha de votos con que el país reprobó su gestión al frente de la cosa pública.

Pero los más de dos millones de votos obtenidos por Leonel Fernández, lejos de ser únicamente una expresión de rechazo a Hipólito Mejía, ellos constituyeron más que nada un voto de confianza y reconocimiento al Dr. Leonel Fernández Reyna.

El estaba ya probado en las altas responsabilidades de conducir los destinos de la nación. Su paso por el gobierno a todos nos había dejado el sabor agradable de habernos sentido bien representados por su figura presidencial en todos los eventos de carácter nacional o internacional. Su gestión gubernativa estuvo caracterizada por las más diversas iniciativas encaminadas a propiciar la modernización general del aparato estatal. Leonel Fernández supo mostrar las dotes del buen gobernante, en donde la decencia, las buenas maneras y la inteligencia hicieron honor a su alta investidura.

Ahora vuelve al gobierno en un momento preñado de las más graves dificultades.

Reciba los mejores deseos, ante este nuevo reto de la historia.

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