Leonel Fernández, la hora cero

Leonel Fernández, la hora cero

El Comité Político del PLD pospuso por unos días la selección de los precandidatos, y así prolonga la decisión de Leonel Fernández sobre la próxima campaña electoral.

El Presidente tiene ante sí tres opciones, cada una espinosa: buscar la repostulación, endosar un candidato, o asumir un papel neutral en el proceso de escogencia de la candidatura peledeísta.

La reelección es la más espinosa porque requiere una modificación constitucional.

La Constitución es nueva, la impulsó Fernández, y no hay en estos momentos la cantidad de legisladores necesaria para conformar la mayoría especial que requiere una reforma constitucional. Vale aclarar que la Constitución no se reforma con un referendo, pero además, es muy tarde para organizarlo, y es riesgoso porque existe la posibilidad de que se conforme un frente anti-reeleccionista incluso con segmentos peledeístas.

De todas maneras, no hay que descartar del todo la posibilidad de una repostulación si se presentaran algunas condiciones favorables. Por ejemplo, un grupo de legisladores y dirigentes peledeístas programan un acto de adhesión para el domingo, y ahí están los reformistas listos para agitar la reelección si fueran inducidos.

Endosar un precandidato es más factible, pero de no ser Danilo Medina, traería fricciones en el PLD. Por otro lado, para que un candidato peledeísta sea competitivo en el 2012, tendría que contar con el apoyo efusivo del presidente Fernández. Es él quien ha forjado una coalición electoral amplia de derecha a izquierda, leal a él, no al PLD. Si esa coalición se desarticula, se dificultaría una victoria peledeísta.

La posición expresa de algunos precandidatos y dirigentes de que Fernández jugará un papel de árbitro neutral en las primarias es posible pero dudosa. Si ese fuera su interés, ya habría declarado la intención públicamente.

Si el presidente Fernández decide ser árbitro neutral en la selección del candidato, es decir, no endosar ni promocionar a nadie en las primarias, entonces queda pendiente otra interrogante: ¿apoyaría Fernández efusivamente al ganador?

Esta pregunta es crucial porque, como planteé anteriormente, sin un fuerte apoyo de Fernández es muy difícil un triunfo peledeísta. Esto por dos razones fundamentales: el liderazgo de Fernández trasciende el del PLD, y además, sin su involucramiento directo, sería difícil asegurar el apoyo de los sectores de derecha que se han cobijado bajo su liderazgo y tienen gran poder de veto en la política dominicana.

Si Fernández juega un papel neutral en las primarias y no ofrece un apoyo entusiasta al candidato electo, ese sería un indicador claro de que no apuesta al triunfo del PLD en el 2012.

De las tres opciones indicadas, la más tentadora para Fernández y sus seguidores, aunque no sea aconsejable, es la repostulación. No le conviene al país, ni al PLD, ni al propio Presidente. Los gobiernos longevos cansan a la ciudadanía y se tornan incapaces de ingeniar soluciones. Además, anquilosan los partidos y engordan demasiado las clientelas políticas.

Una gabela electoral del PLD para el 2012 es que tendrá de contrincante al mismo candidato que derrotaron en el 2004. Aunque los hechos no siempre se repiten, algunos recuerdos perduran. En la campaña electoral de 2012, el PLD apostará a recordar esos tiempos y a conformar su propaganda con el mismo slogan que han utilizado desde 2004: el PRD es caos y atraso, el PLD orden y progreso.

Ese mensaje le ha sido muy efectivo, pero ojo, en la población dominicana se percibe un cansancio con el gobierno ante tantos problemas irresueltos.

En este momento se acerca la hora cero y el fin de las especulaciones sobre lo que hará Leonel Fernández.

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