Leonel Fernández, liberal o conservador

Leonel Fernández, liberal o conservador

FRANCISCO ANTONIO MÉNDEZ
La prensa recoge que el Presidente Fernández reclamó ser “el representante de las fuerzas históricas del balaguerismo”. Todo un revuelo en el mundo político ha causado un señalamiento que data de 1996. En efecto, tras el apoyo y endoso de la candidatura presidencial del Dr. Fernández, el Presidente Balaguer estaba transfiriendo el liderazgo de un importante segmento poblacional caracterizado por el mismo como “las masas silentes”.

Al estar en campaña electoral, semejante piropo reivindicativo no podía ser pasado por alto. Todo un manjar le ofreció el Presidente Fernández a estos analistas, para que se despacharan a sus anchas ubicando como liberal o conservador, en base a un señalamiento político, más que por realizaciones concretas. Se podría argumentar que, como los politólogos del patio han encasillado al Presidente Fernández como un político conservador, entonces sus antípodas: el PRD y Miguel Vargas, serían los liberales. Porque habría que imaginarse que no estarán hablando de Amable ni Candelier. Vaya usted a ver.

Pero a pesar de todo, estos cientos de miles de votos cautivos que poseía el Presidente Balaguer, han migrado al polo magnético que mayor poder de atracción les genera. No es casualidad que el PLD, bajo el influjo del Dr. Fernández creciera de unos 30 mil militantes a más de medio millón una vez formalizada la apertura del otrora partido de cuadros. Posteriormente estos votos se consolidaron con los más de dos millones de votos obtenidos en las elecciones presidenciales del 2004.

La verdad, sin embargo, es que el pragmatismo político del Presidente Fernández, ha sabido conjugar los lineamientos de políticas de mercado  – capitalización, modernización del Estado, etc. – con aspectos esenciales de solidaridad humana –  tarjeta Solidaridad, desayuno escolar, programas de becas, etc.  De igual modo, ha conjugado admirablemente los requerimientos de transformaciones políticas modernizantes con ambiciosos proyectos de infraestructura productiva que colocan el país en el verdadero camino del progreso. Sin embargo, todo eso es valorizado por nuestros cientistas sociales con una extraordinaria miopía daltónica.

No pienso entrar en consideraciones ideológicas. El relativismo, en lo social es memorable. Lo que hoy es blanco, mañana es negro. O acaso, pueden ser considerados vanguardistas los que todavía hoy postulan por la supremacía del Estado sobre los medios de producción. Una cosa sí queda clara: ningún político dominicano ha aplicado mayor cantidad de reformas y transformaciones sociales y políticas. En un plazo histórico muy corto y con un Congreso en contra. Luego si algún término caracterizaría al Presidente Fernández sería el de Estadista.

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