Leonel Fernández: viajes privados, gasto público

Leonel Fernández: viajes privados, gasto público

Desde hace muchos años sigo los procesos políticos y debo confesar que cada vez más me encuentro sumido en la perplejidad más absoluta. A veces los motivos vienen de los EE.UU., otras veces, de Europa, o de los países ahora llamados emergentes, por no mencionar a los países más atrasados o los estados fallidos.

Pero por motivos que tienen que ver con mis orígenes, lo que más me desconcierta es lo que ocurre en mi tierra natal. En Santo Domingo suceden acontecimientos políticos que son para llevarse las manos a la cabeza, para muchos, como comunicación gestual de algo descabellado, para mí, porque  yo siento y sufro, lo que otros solo saben o conocen.

He leído con asombro que el presidente Leonel Fernández emprende un largo viaje por Europa, en pleno proceso de transición para la entrega de la Presidencia a Danilo Medina. He sido crítico con los viajes presidenciales excesivos del actual presidente, porque me parece que muchos de ellos no responden a una estrategia basada en el interés del país, sino en la inclinación de éste a conocer mundo.

En el mundo globalizado de hoy día un presidente, incluso de un país no puntero, no debe estar “intra muros”, al estilo de Balaguer, recluido en el Palacio Nacional, sino que debe realizar viajes de Estado y cumplir con la agenda pública internacional de cumbres Iberoamericanas, y otras  reuniones organizadas por países de América Latina, y entre los principales socios comerciales de la República. Para esos viajes estoy de acuerdo que no debe haber ningún tipo de restricciones. Son imprescindibles y necesarios.

Lo que es normal es que fuera Danilo Medina, el presidente electo, el que hiciera una gira por los principales centros políticos y económicos con los que nuestro país mantiene o desea mantener relaciones privilegiadas. Washington, Madrid, Venezuela, Brasil, México, la UE (Bruselas), Haití.

¿Qué diablos va a hacer en Europa Leonel Fernández que sea en interés del Estado dominicano? En una palabra: NADA. Podrá disfrutar del gusto egotista de ser recibido como Jefe de Estado y gozar de los privilegios protocolarios que ello implica –aunque sea en visitas privadas podrá, en fin, tener el placer de ser recibido por estadistas europeos, pero todo eso ya no debe estar en su agenda como mandatario. Su tiempo –para tales menesteres- ha pasado.

Hay un tiempo para todo, dice la Biblia, y ahora es el tiempo de Danilo Medina. De aquí al 16 de agosto es el presidente electo el que debe hacer viajes breves pero fructíferos a todas o algunas de las capitales ya citadas. Eso es bueno para el país, es provechoso para los ciudadanos, es de interés público. Los viajes de Leonel Fernández en este momento son parte de su propensión al gasto conspicuo y no aportan nada al interés público.

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