2 – 3
El pasado día 16 de agosto se juramentó Danilo Medina como Presidente de la República, fecha que coincidió con el 149 aniversario de la Restauración, uno de los seis hitos claves para comprender nuestra vida republicana: 1821,1844,1863,1916, 1965 y 1978.
En noviembre de 1821 Núñez de Cáceres dio a luz el primer Estado independiente del Haití Español con más características soberanas que las de los demás países del Caribe, con la excepción de Haití (1804), la Gran Colombia (1819), y poco después que la de México (septiembre 1821): pero fue impulsado solo con la oligarquía criolla de la capital en un país ruralizado, no eliminó la esclavitud y tuvo que capitular ante el Haití Boyer, en la cima de su prestigio como líder liberal de su país recién unificado y solidario con Bolívar en su lucha contra España. En 1844 los patriotas trinitarios encabezados por Duarte y Sánchez proclamaron la República Dominicana, pero en aras de la Unidad Nacional, le entregaron la jefatura del movimiento a los hateros y oligarcas anexionistas que estaban divididos entre santanistas y baecistas pero finalmente entregaron el país a España en 1861.
En 1863 comerciantes y agricultores nacionalistas cibaeños, y campesinos de todo el país, encabezados por Espaillat, Santiago Rodríguez, Polanco Cabral, Luperón y otros, lograron mediante guerra de guerrillas restaurar la independencia; pero la escasa cultura política predominante indujo a Cabral a entregar el poder a Báez, quien en dos ocasiones estafó al Estado e intentó nueva vez la anexión, esta vez a EUA. Luego Luperón intentó estabilizar un Estado liberal que abortó con la tiranía de Heureaux; para terminar desguazado y luego se propició el zarpazo del 1916. El gobierno norteamericano destruyó las instituciones tradicionales, buenas y algunas malas, mejoró vías terrestres, la salud y la educación primaria, pero creó una guardia al servicio de sus intereses de la que salió la brutal tiranía de Trujillo que gozó del apoyo norteamericano hasta mucho después.
A la muerte del dictador, con la recomposición política hubo una incipiente democracia inexperta, pero rodeada de buitres que con apoyo norteamericano querían repartirse la herencia del Benefactor que dieron al traste con el gobierno de Juan Bosch que generó un contragolpe constitucionalista y la insurrección popular del 1965, la cual fue ahogada con una nueva intervención militar norteamericana que impuso el depotismo de Joaquín Balaguer.