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En 1978 la historia dominicana dio un gran viraje con el triunfo del PRD, cuyas causas fueron las siguientes:
1) El crecimiento de la población urbana, las clases medias, obreros y pacificación al final de los Doce Años, estimularon la democratización de la vida pública.
2) La Presidencia de Jimmy Carter en Norteamérica, quien apoyó los derechos humanos y retiró el apoyo de ese país a la represión balaguerista.
3) El mantenimiento del PRD como la gran opción política, pese a la represión y la renuncia de su líder Juan Bosch para fundar el PLD en 1973.
4) El nuevo líder Peña Gómez, dinamizó la oposición a Balaguer, la internacionalizó con los dominicanos y políticos liberales de Estados Unidos, y afilió al PRD a la Internacional Socialista.
5) El sector militar encabezado por Enrique Pérez y Pérez, hegemónico en 1975, presentó renuncia para obligar a Balaguer a revocar la designación de su rival Neit Nivar como jefe de la Policía Nacional, pero éste lo mantuvo con firmeza y habilidad, fortaleciendo así el poder civil.
6) Surgió un empresariado joven y un sector de la jerarquía eclesiástica más liberales, que abandonaron el anticomunismo irracional de años anteriores, apoyando una apertura que cesara la represión y corrupción de quienes usufructuaban el poder.
Los gobiernos de Guzmán y Jorge Blanco liberalizaron el país, incrementaron los salarios y favorecieron la educación, pero siguieron lineamientos económicos tradicionales y no trataron de modificar la legislación ultra centralista y anti democrática del 1966.
El retorno de Balaguer en 1986 fue el producto de las rivalidades dentro del PRD y los ajustes fondomonetaristas del gobierno de Jorge Blanco que provocaron una poblada manejada torpemente, y las maniobras electorales del PRSC.
Balaguer permaneció diez años en el poder, en los que no retomó las políticas represivas pasadas, pero renovó su autoritarismo y desbordó el equilibrio macro-económico, emitiendo dinero inorgánico para obras, unas productivas y otras faraónicas, pero no pudieron superar al perredeísmo unido en torno a Peña Gómez, por lo cual el PRSC recurrió a un fraude de exclusión masiva de votantes en 1994.
La crisis política resultante fue resuelta con la reducción del nuevo periodo a solo dos años, la prohibición de la reelección presidencial, la independencia del poder judicial y la designación de una JCE apartidista.
En 1996, el PLD, partido minoritario, con la ayuda de Balaguer y de las maniobras electorales de su gobierno, le abrió las puertas del poder a Leonel Fernández; lo que aprovechó éste para desmantelar al PRSC, y crearse una imagen de modernizador, no obstante sus escasas realizaciones políticas y materiales.