POR MANUEL JIMÉNEZ
El presidente Leonel Fernández dijo ayer que la crisis dominicana no es tan solo económica, sino que el país está afectado por “graves problemas institucionales” y  llamó a los poderes del Estado para que con una “actitud respetuosa y responsable, conquisten de nuevo la confianza del pueblo”.

“La República Dominicana no puede seguir como va. No puede seguir con la inseguridad ciudadana, con el tráfico de influencias, con el clientelismo, con el enriquecimiento ilícito, con el abuso de poder, con el irrespeto.  En fin, con la  falta de seriedad en todo”, dijo Fernández en su discurso de toma de posesión.

El país, dijo, “no puede seguir albergando temores de fraude en cada proceso electoral y que los ciudadanos no deben sentirse intimidados o perseguidos por el poder de turno. La prensa no debe ser censurada”.

Afirmó que tras la muerte del dictador Rafael Trujillo, el país ha estado inmerso en un proceso continuo de transición democrática, aunque en “sentido general hemos avanzado”  pero “no hemos sido capaces de crear las instituciones de un verdadero Estado de derecho, garante de la seguridad jurídica y de la protección de los ciudadanos”.

Dijo que en vez de descansar en las instituciones, la gobernabilidad y el funcionamiento del país reposaba sobre tres líderes carismáticos y respetados, los cuales supieron poner su autoridad en sus respectivas áreas de influencias políticas.

El pueblo dominicano, dijo Fernández, tiene una deuda de gratitud con el profesor Juan Bosch y los doctores Joaquín Balaguer y José Francisco Peña Gómez, ya fallecidos, quienes dijo constituyeron el “freno moral a las apetencias desmedidas y a los desbordamientos con que suelen actuar determinados sectores de la vida nacional”.

Desafortunadamente, dijo, “esos lideres iluminados ya no se encuentran entre nosotros” y es a la generación del relevo a la que le corresponde cumplir la sagrada tarea de construir el verdadero estado de derecho”.

Pidió a los miembros del Congreso Nacional que asuman “con dignidad el rol para el cual fueron seleccionados”.

“Las relaciones entre las Cámaras Legislativas y el Poder Ejecutivo deben fundamentarse en la colaboración, como garantía de la gobernabilidad democrática de la Nación, siempre en defensa del interés nacional”, sostuvo el presidente Fernández.

Agregó que el pueblo espera que entre los miembros de las Cámaras Legislativas y el Poder Ejecutivo “podamos resolver la actual crisis económica”.

“Nuestro pueblo espera que en estos momentos de gran pesadumbre nacional podamos colocarnos por encima de nuestras diferencias partidistas”, dijo Fernández.

Hasta ahora, dijo, el pueblo dominicano ha sido paciente y ha tenido una conducta ciudadana ejemplar, pero aconsejó  no se abuse de él. “No desafiemos la capacidad de tolerancia del pueblo dominicano”.

En su opinión, “si para algo ha servido la actual crisis es para poner al desnudo la bancarrota de un sistema que ha demostrado ser  incompetente, injusto y  corrupto.”

El gobernante llamó a sacudir “el árbol de la democracia dominicana” y a hacer “que caigan sus frutos podridos” para construir “una nueva sociedad. Más solidaria. Más justa. Más próspera. Más humana. Más democrática. Mas transparente. Más participativa”.

El mandatario habló desde el salón de la Asamblea Nacional, en la sede del Congreso, en presencia del Presidente saliente, Hipólito Mejía, así como de decenas de delegaciones extranjeras, entre las cuales figuraban los presidentes de Brasil, Inacio Lula Da Silva; de Colombia, Alvaro Uribe; de Panamá, Mireya Moscoso; de Honduras, Ricardo Maduro; de Uruguay, Jorge Batlle; de Costa Rica; Abel Pacheco y de Haití, Boniface Alexandre, así como el primer Ministro de Taiwán y el Príncipe de Asturias, Felipe de Borbón.