Leonel, Miguel y el retroceso en el sistema electoral dominicano

Leonel, Miguel y el retroceso en el sistema electoral dominicano

Después del fraude electoral que Joaquín Balaguer y su partido le hicieran a José Francisco Peña Gómez para que no alcanzara la presidencia del país en 1994, vino una crisis política grave, con pronósticos reservados de lo que podría pasar en el país en el corto plazo.

Se conocía y no era secreto, que se estaba planeando la salida de Balaguer del poder de forma violenta.

Este hecho motivó que organismos internacionales como la Organización de Estados Americanos, convencieran a Balaguer a llegar a acuerdos con Peña Gómez y el PRD, donde aprovechó José Francisco para establecer reformas constitucionales que beneficiarían al país, aunque él no llegara a gobernar.

Entre otras reformas, se acortaba el gobierno electo fraudulentamente a 18 meses aunque lo prolongaron a dos años; y separaron las elecciones congresuales y municipales de las presidenciales, para evitar el arrastre.

La mayoría del pueblo aceptó este acuerdo y de hecho, separando las elecciones, facilitaba que surgiera el liderazgo local como en efecto sucedió.

Sin embargo, increíblemente el mismo PRD de Peña Gómez, a través de Vargas Maldonado, y el presidente del  PLD y del país, Leonel Fernández, acordaron modificar la Constitución para habilitar nuevamente a Fernández, y unir las elecciones congresuales y municipales para que se celebren en el mismo año de las presidenciales, aunque tres meses antes.

Este último hecho será un termómetro de lo que sucedería en las elecciones presidenciales ya que el partido que pierda entrará en reflujo. En esas condiciones, el gobierno de turno llevará la ventaja, ya que no existe una Ley de Partidos que regule estrictamente el uso de los recursos del Estado en campañas electorales.

La modificación de la Constitución ha facilitado nuevamente el arrastre y hará que desaparezca el desarrollo de los líderes locales. Veamos: este mismo periódico, el primero de mayo trajo en primera página la fotografía del presidente Mejía y Miguel Vargas en Bonao, en promoción de las candidaturas del PRD. Y, un poco más abajo, pero en el centro de la página, otra fotografía del presidente Fernández que se titulaba Leonel busca votos en San Cristóbal.

En esa misma edición del Hoy, en la página cinco, una noticia de la periodista Loyda Peña se titulaba Mayoría de candidatos podrán ser elegidos por arrastre y, en la página siguiente, la socióloga Rosario Espinal señalaba que el protagonismo Leonel y Miguel en campaña es vital para el 2012.

Más adelante, Espinal señalaba además que el PLD está haciendo lo mismo que en el 2006, vendiendo un paquete y no a los líderes locales.

Y, peor todavía, cuando se discutía que fuera por dos años la elección de los candidatos al Congreso y las alcaldías en los actuales momentos, los llevaron a seis años en detrimento de la oposición, conociendo la maña del presidente Fernández y del PLD, de utilizar todos los recursos del Estado para promover a sus candidatos.

Ojalá me equivoque, pero este acuerdo al margen de una ley de partidos, será el preámbulo para un intento de dictadura de partido como sucedió en México, pero aquí, además, sin cambio presidencial.

Es por eso que el PRD tiene que renovarse más temprano que tarde; tiene que comenzar a construir un discurso real de centro izquierda creíble, señalando las debilidades sociales que se compromete a corregir, y construir otro gran acuerdo, que aglutine los partidos de oposición, organizaciones barriales y comunales, asociaciones de comerciantes y profesionales, trabajadores de todo tipo y otras organizaciones, para transformar al país y evitar el inicio de una nueva dictadura conservadora.

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