Leonel: «ni injusticias ni privilegios»

Leonel: «ni injusticias ni privilegios»

POR REGINALDO ATANAY
NUEVA YORK.- Quizás sería de grande conveniencia para el nuevo gobierno del presidente Leonel Fernández, tener como divisa el lema aquel de «ni injusticia ni privilegios» que inventó el ex presidente Joaquín Balaguer, para colocarlo como divisa en su Partido Reformista, al que luego rebautizó con el apellido de «Social Cristiano».

Así decimos, porque ese lema «suena bonito», si es que se aplica, aunque se sabe que en el régimen del Reformista no escasearon las injusticias, como tampoco los privilegios.

No es que queramos que el Presidente Fernández se apropie de ese principio «de oído», que acuñó Balaguer,  sino que en el fondo, se inspire en esa base, para «refundar» el gobierno dominicano que tan de mal talante deja don Hipólito Mejía, luego de ser echado del poder por la voluntad popular.

Porque precisamente, lo que más ha afectado a la Dominicana tierra por muchas décadas, son los privilegios y las injusticias exageradas.

No pretendemos que esas dos cosas desaparezcan del ambiente criollo, porque eso no podrá ser jamás, ya que ambas son inherentes al modo de ser y actuar de los políticos, a nivel universal; pero sí que se reduzcan a una manifestación muy mínima, con lo que se ayudará mucho al reordenamiento en la cosa pública dominicana.

Que el respeto a partidarios como a socios, se haga sentir, y que no se permita la chabacanería, el insulto y la indolencia desde las alturas del poder.

La ciudadanía dominicana ha tenido oportunidad en los últimos años de ver actuar y ser a varios gobernantes, y a sus colaboradores. Puede que la vez en que los quisqueyanos hayan votado con más conciencia, haya sido el pasado 16 de mayo.

Que esa madurez se haya manifestado, se debe en parte a la conducta del Presidente Mejía, quien con su manera de ser  poco cortés y en ocasiones muchas ofensivas, apuró a la gente para que lo desprendieran del poder de un solo golpe, sin necesidad de recurrir a una segunda vuelta electoral.

Como el Presidente Mejía dijo públicamente en una ocasión que si perdía, en su afán reeleccionista, regresaría a su poblado cibaeño de Gurabo, a sembrar yuca, podría ser que el veterano agricultor ya haya amolado su azada y su machete para dar cumplimiento a su palabra, pues uno de los atributos que Hipólito se adjudica es el ser «un presidente atípico» y de ser, además. «un hombre de palabra».

A más de 100 años de la desaparición del presidente Ulises Hereaux (Lilís) los dominicanos han mantenido en vigencia algunas de las muchas truculencias del asesinado dictador, narrándolas como cosas estrambóticas. De seguro que a partir de ahora, «El Guapo de Gurabo» ocupará un buen sitio también  -a lo mejor en palco-en la galería de los  líderes que con alguna frecuencia, «metieron la pata».

En definitiva, que Mejía haya provocado tantas situaciones desagradables, no debe ser motivo para que le caigan a pedradas, como ocurrió recién en el campus de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, sino para que como dominicano que es,  los que cursan humanidades lo estudien, como una variante de la política quisqueyana.

Para la meditación de hoy: Esmérate en ser tú mismo; sin ningún agregado ni ninguna copia. Ejerce siempre tu propia identidad, y no trates de ser  o parecerte a otro. Nadie hay, en este mundo, igual a ti. Eres una edición especial y, como tal, has de realizar tus propias funciones, para que desempeñes tu papel de la mejor manera posible, durante tu estadía en este querido planeta. Y para cuando estés en el otro lado de la vida, puedas mirar hacia acá y decir con satisfacción: hice buen trabajo.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas