Leonel no está solo

Leonel no está solo

Recordé al Presidente Joaquín Balaguer tan pronto supe que el Presidente Leonel Fernández puso en manos del pueblo una eventual repostulación al cargo que ostenta. En tanto ejercía Balaguer el primero de sus tres mandatos finales, Peter Morales entendió que al mandatario lo dejábamos solo. De un comentario de Peter surgió una campaña propagandística sintetizada en la expresión “Balaguer no está solo”. La verdad es que no estuvo solo ni siquiera en los días postreros de su longeva existencia. Porque entonces, interno en una clínica, era constantemente visitado por amigos y adláteres.

Antes, hacia el tiempo en que al desgaire surgió aquello de que no estaba solo, algunos funcionarios hacían mutis cuando de defender la administración se trataba. Por ello, lo que fue pronunciamiento casual, se volvió campaña propagandística.

Despuntaba en la época un Leonel como joven dirigente del Partido de la Liberación Dominicana (PLD). Tenía a su cargo la dirección del periódico partidista. De modo que es concebible que al analizar el entorno con miras a la preparación del semanario, percibiese causa e intención de la campaña.

Balaguer no estaba solo, en realidad. La arremetida publicitaria procuraba que no lo estuviera. Buscaba que aquellos profesionales de la política que saben cuándo mudarse, durasen un poco más junto a Balaguer. Leonel sabe que un dirigente político pende de su potencial. ¿No será candidato o puede no serlo debido a circunstancias determinadas? ¡Cambio de piel! Cuando él no sea una opción de poder, algunos cercanos colaboradores iniciarán un lento pero seguro trasiego.

De manera que, en función de las responsabilidades públicas más que por cuestiones electoreras, debe sembrar las dudas. Al despojar de sus pétalos a una margarita, debe decir en alta voz: ¡voy, no voy, voy, no voy, voy! Y mientras lo hace, con profunda emoción, expresar que deja en manos de los electores su propio destino. Bien visto, empero, el proceso de despetalizar en público es un acto de prestidigitación.

Leonel sabe que no le conviene pretender la reelección. El texto de la ley fundamental que apadrinó, le cierra el paso. El artículo 124 de dicho texto veda una reelección. Recurrir al llamado referendo aprobatorio contemplado en el artículo 272 sería un grave yerro político. Leonel es joven y tiene el futuro por delante. Aquél Balaguer respecto del cual un Peter Morales pronunció en el antedespacho presidencial la expresión “a Balaguer lo han dejado solo”, se apagaba lentamente. De hecho, y esta fue la causa del pronunciamiento de Peter, era un clavel al que unos malandrines le arrancaban los pétalos.

Iluminado por la realidad histórica del país, Leonel prefiere abrir una incógnita. Al contemplar el fulgurante bombillo, ninguno de cuantos saben mudar de pieza con celeridad, lo dejarán solo. Por si las dudas.

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