Leonel: ¿quiere dejar el poder?

Leonel: ¿quiere dejar el poder?

REGINALDO ATANAY
Nueva York.- Algunas semanas antes de que los militares dominicanos, en combinación con gentes de distintos estratos sociales criollos apearan del poder político al ex presidente Juan Bosch, el mandatario hizo una visita a México. Aquella visita de Bosch a la tierra de Don Benito, el respetador de los derechos de los demás, fue histórica. Porque allí, el presidente dominicano se colocó la banda presidencial a la que según él no le tenía afecto, porque a su juicio, era una manera de querer ser distinto a los demás. Pero el estupendo trabajador de ideas y propulsor de principios, debió someterse a la rigurosidad del protocolo, y en Ciudad de México, lució lo que en tono jocoso llaman los de pueblo a aquella banda, símbolo de poder, «La ñoña.»

A poco de aquello, se produjo el «septiembrazo» que desalojó a Bosch del Palacio Nacional, y los golpistas permitieron que el elocuente político y escritor saliera rumbo a Puerto Rico, donde estuvo bajo la protección de su amigo, el entonces gobernador de aquella isla, Luis Muñoz Marín.

El golpe de estado contra Bosch «se olía» en los corrillos políticos de Dominicana, y alguna gente se extrañó que tardara tanto el entorpecimiento de aquel gran ensayo democrático que con orgullo, exhibía una parte considerable del país.

El golpe era esperado desde antes. Como esperaban también, no mucho tiempo después, que el otro golpe contra el Triunvirato de dos, encabezado por Donald Reid Cabral, se produjera antes de lo que se produjo.

Entre los golpistas del primer golpe, y los del segundo, se interpuso la misma piedra: intransigencias y exigencias entre los conspiradores. Pero en definitiva, se produjeron ambos golpes, con distintos principios como base y, naturalmente, con diferentes actores. Y ambiciones.

En aquellos días previos al derrocamiento de Bosch, oímos en sectores disímiles, que Bosch «quería» que lo derrocaran para «quitarse esa vaina de encima» y seguir en lo que era un maestro, aparte de la narrativa; del cuento: en la teorización. Y crear y diseminar conjeturas.

Finalmente, se produjo el golpe, y el ya ex presidente dominicano fue a soltar tensiones a Puerto Rico, como algunos años después fue a soltar tensiones a Bernidorn, España, tras redactar su «Tesis de Dictadura con Apoyo Popular», documento que con tanto orgullo transportó desde España hasta Dominicana (con escala en Nueva York) el ex senador por Pedernales, profesor Pablo Rafael Casimiro Castro.

Por «esas cosas de la vida», —un decir que han acuñado los decidores de cuento—, se dijo luego que cuando Bosch renunció al Partido Revolucionario Dominicano (PRD) y creó su Partido de la Liberación Dominicana (PLD), entre las razones que guardaba en su coleto (y que luego dijo a sus íntimos) era que no podía estar en asociaciones en donde hubiera gente como Casimiro.

Casimiro Castro, como se sabe, sufrió un terrible atentado que lo dejó primero, al borde de la muerte; y luego, de manera definitiva, con serias lesiones físicas permanentes, y suponemos que también, con grandes lesiones emocionales.

El poder le gusta a la mayoría de los humanos. Por eso abundan tantos políticos. Y es que un político con poder, tiene el apoyo y el respeto (aunque esto último sea disimulado) de las gentes. Y con eso se consiguen prebendas, bienes políticos, sociales, y económicos. Algo parecido (pero con una distancia enorme) a un cura de aldea, en donde siempre tiene asegurados los pollos de su caldo, los víveres, frutas, huevos y diferentes animales con que le rinden tributos los devotos más humildes.

Pero el poder, no es todo el mundo que sabe ejercerlo. Ese trabajo no se estudia; se intuye. Y para tal oficio… «hay que nacer con esa vena».

Eso recuerda el célebre debate televisivo que sostuvo Bosch por televisión con el sacerdote español jesuita Láutico García, siendo moderador el doctor Salvador Pittaluga Nivar.

Bosch había escrito un artículo en el semanario «Renovación» del periodista Julio César Martínez, externando algunos conceptos medio marxistas. El Padre Láutico, quien meses después adquirió la ciudadanía dominicana, acusaba a Bosch de ser comunista por lo que había enunciado en el artículo.

Bosch, entre las cosas que dijo, citó al dictador Francisco Franco, para acercarlo así a su atacante. Y dijo también que el dictador dominicano Rafael L. Trujillo fue un buen gobernante, porque supo mantenerse en el poder.

Y dijo, desde luego, que él (Bosch) no era trujillista, pero que se refería al principio ese de «mantenerse en el poder», cosa que a su juicio Trujillo supo hacerlo con maestría.

Bosch, en ese aspecto, no consiguió la maestría pues lo apartaron del poder a los pocos meses de estar en ese sitio.

Ya hemos dicho en otros artículos que en un encuentro que sostuvimos a las pocas semanas de derrocado Bosch, con el doctor José Francisco Peña Gómez, éste nos manifestó que había fallado en su temor de que Bosch no duraría «tanto tiempo» en el poder, debido a su terquedad.

Esa expresión cobró valor ante nosotros, porque en esos días en el país se vendía «como pan caliente» el libro de Bosch «Crisis de la Democracia en América», y ese libro, su autor, quien permanecía en Puerto Rico al amparo del gobernador Muñoz Marín y del Rector Benítez de la UPR, se lo había dedicado precisamente a Peña Gómez a quien entonces, lo consideraba, «un ejemplo para la juventud». Luego, cambió ese concepto. Y lo dijo públicamente.

Este trocito de historia acaba de acudir, en estos meses a nuestro entendimiento, al observar la manera continua con que el presidente Leonel Fernández sale y entra al país. Sale, a participar en reuniones a las que bien puede delegar en ministros y embajadores.

Y a manera de complemento continuo, se entretiene en juegos y reuniones deportivas.

En vista de lo que se ve, habrá que consultar con sicólogos y siquiatras, para determinar si lo que el subconsciente del Presidente Fernández quiere, es… dejar el poder.

Para la meditación de hoy: ¿Hacia dónde quieres ir para conseguir mejoría? ¿Hacia otros sitios… otras gentes? Trata, primero…de ir adonde ti mismo. Ahí adentro de ti, está tu programa de vida, pletórico de experiencias, de sabiduría. Dentro de ti está lo que podría llamarse la Consciencia de Dios, es decir, el «eso» que nos hace semejantes al Omnisciente. Ve primero adonde ti, antes de estar merodeando por personalidades ajenas. Te será mejor negocio, ganarás…

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