Leonel selecciona jefe de campaña

Leonel selecciona jefe de campaña

UBI RIVAS
En la reunión del Comité Político, que es la máxima instancia del PLD, realizada el 30 de julio último, el presidente Leonel Fernández seleccionó a Francisco Javier García Fernández como su repetido jefe de campaña.

Francisco Javier también fue jefe de campaña de Danilo Medina en las elecciones del 2000, y si no logró el triunfo del candidato peledeísta se debió a la desventaja en el carisma que le sobraba «por pilas» al del PRD, Hipólito Mejía.

No de otra manera podría interpretarse la derrota infligida por Mejía a Medina, si observamos el comportamiento de la economía que dejó el presidente Fernández, pese y a todo los $25 mil millones que dejó de endeudamientos, mucho peor que la entregada a éste por Hipólito.

El asunto es que tanto Leonel como Francisco Javier resultan auténticos ganadores, y con la experiencia obtenida por Danilo en aquel certamen como en el interno del PLD en que fue derrotado, como vaticiné, por Leonel, debieran consistir pozos de reflexión para entender cuál debe ser su actitud correcta para con el PLD y no seguirse perdiendo en lo claro.

Danilo está aún asido al 38% que obtuvo en la lid interna del PLD frente a Leonel, y acaricia la quimera de que todos seguirán siéndole adictos a su figura política, otro gravísimo error, porque obvia que como canta José José, «las palomas solo acuden donde hay pan», y la mayor panadería del país todos saben a quién pertenece.

Aún más, Danilo interpreta que él es el que mayor control detenta en las bases del PLD, otro gravísimo error, porque Francisco Javier no le queda atrás ni un centímetro en esa asignatura crucial, de ninguna manera desapercibida por Leonel.

Esto así, porque Francisco Javier es quien más ha trabajado precisamente todo ese litoral variopinto, difícil, heterogéneo, porque se ha desempeñado en los mismos menesteres que Leonel le ha endosado nueva vez por la gran motivación de sus asertos cada vez que es seleccionado para esos fines cruciales.

Siempre he reconocido el fluido desempeño oral de Danilo, uno de sus atributos superiores y referenciales, unido a su reputación de honrado con los dineros ajenos y dispensador de favores y colocaciones en el aparato burocrático del Estado a millares de compañeritos de las bases.

Pero tampoco Francisco Javier resulta distante de esos méritos, a quien también siempre he reconocido sus dotes que pocos podrían regatear sin incurrir en enanismo humano, de formidable expositor, extraordinario polemizador, diestro comunicador y que, idéntico a Danilo, nunca se inmuta, nunca pierde la calma, algo terrible en un político perder.

Es decir, que de media docena de expositores superbos, el PLD cuenta con cuatro, si añadimos a José Tomás Pérez, que afortunadamente enderezó su rumbo, centrándose en el PLD triunfal, de ahora, no en la hipótesis futurista, aplastado de abajismo y sus colaterales frustraciones y amarguras.

Cierto que en la acepción de no pocos, quizás por el cúmulo de responsabilidades a su cargo, como el de titular de la SEIC, Francisco Javier ha modificado bastante aquella espontaneidad de cierto tiempo atrás que lo reputaba como un político de fácil acceso, sencillo, amable y receptivo, por una distancia sutil, una marcada indiferencia hacia no pocos y un al parecer importársele un camino como reaccionen y lo aprecien muchos. Podrían constituirse en ingredientes y sedimentos que en otras experiencias han socavado la aceptación de más de un político, que no parece ser el caso de Francisco Javier por los motivos expuestos, y que él sabrá cuidar muy mucho.

De todas maneras, Leonel escogió al más idóneo jefe de campaña, aún para un contendor peso pesado, que afortunadamente no se atisba en el escenario para el certamen cívico de mayo 16 de 2008 y que, no obstante ser así, Francisco Javier no pierde «ni pie ni pisá» y lubrica todos los hierros de aprestos sin descuidar un solo detalle, por nimio que fuese.

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