Leonel, un pésimo administrador

Leonel, un pésimo administrador

Según un trabajo publicado por el economista Bernardo Fuentes Mejía en la revista Emprendedores,  en siete de los ocho años que van del 2005 al 2012, con la excepción del 2007, los Gobiernos del presidente Leonel Fernández Reyna acumularon un déficit presupuestario de 400 mil 952 millones de pesos.

Una cifra colosal, como quiera que se vea, y la mejor expresión de que el destacado político peledeísta es un pésimo administrador. Debe reconocerse, sin embargo, que el doctor Fernández Reyna tiene una magia que le permite hacer que lo negro se vea blanco y que lo negativo se vea positivo. Porque entre agosto del 2004 y agosto del 2012 pudo levantar la bandera, lo más alta posible, del progreso, del crecimiento, del buen manejo de la economía y del equilibrio financiero.  Por supuesto, para conseguir esta imagen dispuso a sus anchas de la logística del Banco Central y de Héctor Valdez Albizu, del Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo, y de su titular Temístocles Montás, y de una cohorte de vocingleros que el pueblo ha bautizado como bocinas. La comparonería del Metro, por ejemplo, le ha costado a este país cientos de miles de millones de pesos. Sólo la construcción de la primera línea rebasó los mil millones de dólares, unos 40 mil millones de pesos, según los informes de la embajada norteamericana en el país divulgados por WikiLeaks. Esta suma no incluye el subsidio de operación, calculado en miles de millones al  año. Tampoco se considera el costo de la segunda línea del Metro, un  elefante blanco para el Gobierno de Medina. De todos modos, el país ha podido conocer que detrás de la locuacidad del doctor Fernández se esconde un pésimo administrador de los fondos públicos. Su legado ya lo conocemos, en parte, y, lamentablemente, tendremos que pagarlo por vía de los tributos.

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