Muchos recordamos a aquel profesor carismático de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) que llegaba a la sede en su cepillo azul y era conocido por sus aires intelectuales y su buen enseñar.
Luego lo descubrimos como un tímido candidato vicepresidencial del profesor Juan Bosch para las elecciones de 1994 y, posteriormente, lo vimos transformarse al convertirse en Presidente de la República en las elecciones de 1996, cargo que dejó en el 2000 para volver a ocuparlo desde el 2004 al 2012.
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Leonel Fernández Reyna fue el presidente más joven, con 43 años, por lo que depositamos todas las esperanzas en él. Al final, sin embargo, nos decepcionó: en su gestión se firmó el contrato con la Sunland para hacer obras de la UASD por RD$3,200 millones pero hubo una sobrevaluación de RD$1,725 millones; firmó 12 contratos con Odebrecht, manejó la reforma a la Constitución a su antojo, invirtió menos del 2% en Educación y dejó un déficit fiscal de RD$12 mil millones en el 2012, entre otras bellezas como las privatizaciones.
Además, pese a que la corrupción campeó en su gobierno y en los dos siguientes de su partido, hoy juega a tener el mal del Alzheimer en su fase más severa: ¡olvidó sus yerros y priva en impoluto!