El presidente Leonel Fernández no es, en lo personal, proclive a compartir con los medios de comunicación, como eran los casos opuestos de los presidentes Joaquín Balaguer, Antonio Guzmán, Salvador Jorge Blanco e Hipólito Mejía.
Esa forma de ser, repito personal, distante de la vinculación de gobernante, en nada se suscribe en que el presidente Leonel profese acrimonia, ojeriza o en su mayor rechazo eso que en dominicano se dice tirria en la cota de la aversión.
Los pueblos deben y tienen que tratar de conocer el carácter de sus gobernantes para poder así interpretarlos, y viceversa, y más de uno sabemos que Leonel Fernández es persona abstraída en un mundo interno muy abisal y ancho, imbuído en pesquisas culturales variopintas, la técnica y ciencia del manejo del Estado, una de ellas, dedica gran parte del día en esos menesteres conforme como trascienden las intimidades de las personas en un país pequeño y asaz indiscreto.
Es por eso de sus nutridos discursos, que tanto aquí como en el exterior impactan a propios y extraños por su erudición, y eso nadie puede escamoteárselo, porque es una realidad imposible de ocultar, así como sus contrarios no disponen de ese acervo cultural ni tampoco en el redil del PLD.
Son esas coordenadas por las cuales este servidor de todos me permito disentir de una campaña mediática orquestada por comunicadores contrarios al presidente Fernández aduciendo denuncias contra los medios de comunicación. Falso.
Esa denuncia insostenible y la campaña contra Euclides Gutiérrez es una estrategia mediática para desacreditar al PLD en un momento en que arranca una carrera hacia el poder en las elecciones de mayo 16-12. No la interpreto de otra manera.